1940: Guerra civil , represion y desmemoria .

Como residuo de la exitosa propaganda marxista, se han convertido en dogma de fe la crueldad, el sadismo y el ánimo exterminador de Franco durante la Guerra Civil y la posterior dictadura; dogma asumido como verdad indiscutible por la izquierda y buena parte de la derecha. No se niegan ciertos crímenes por parte de los frentepopulistas, pero en menor número y no exentos de ciertos atenuantes que los hacen comprensibles e incluso justificables. Este es, de forma muy escueta, el punto de partida de la historia que se quiere asentar.

Según esta versión propagandística, defendida y patrocinada por autores como Santos Juliá o Paul Preston, el terror ejercido por ambos bandos presentaría caraterísticas bien distintas. Así, las características del terror franquista serían:

  • Fue impuesto desde el poder y era inherente a la propia indiosincrasia de los rebeldes.
  • Tendría carácter genocida y buscaría el exterminio sistemático de obreros, demócratas y cualquier oponente político.
  • Su fin último sería mantener al "pueblo" sojuzgado y anestesiado para mantener los privilegios de la oligarquía dominante.

En claro contraste, las características del terror republicano serían otras bien distintas:

  • Habría sido impuesto por el "pueblo" de forma espontánea como mecanismo de defensa y respuesta ante la brutal agresión fascista y serviría para defender una sociedad más libre y justa.
  • Hubo frecuentes llamamientos desde el poder para ponerle freno.
  • El número de víctimas habría sido muy inferior a las causadas por el terror del bando contrario.

Examinemos ahora, a la luz de los datos perfectamente conocidos (y perfectamente ocultados a conveniencia), la veracidad de las anteriores premisas.

Indudablemente, el terror fue iniciado antes de la guerra. La II República se caracterizó desde prácticamente sus inicios por una enorme violencia de signo político. Ya en mayo de 1931 ardieron iglesias y conventos. Los atentados y asesinatos, iniciados por la izquierda, la censura, los ataques a sedes de partidos políticos de derechas fueron moneda común.

La fracasada intentona revolucionaria izquierdista de octubre de 1934 fue premonitoria de la posterior actuación durante la Guerra Civil: asesinatos, destrucciones, incendios, saqueos... Tras las elecciones de febrero de 1936 la violencia, reiteradamente denunciada por diputados de derechas, subió nuevamente de intensidad. Las proclamas de los periódicos izquierdistas incitando a la violencia eran realmente terroríficas, conjugadas con toda suerte de desmanes en las calles.

Azaña sentenció en el parlamento "¿No queríais violencia? Pues tomad violencia". El presidente Casares Quiroga se declaró beligerante contra buena parte de la nación y señaló con notable imprudencia a Calvo Sotelo como responsable de lo que pudiese ocurrir, como ya había hecho el diputado Mariano Ansó al declararlo "el enemigo más caracterizado del régimen". El propio Calvo y Gil Robles fueron amenazados de muerte por diputados izquierdistas: José Díaz, Dolores Ibárruri, Ángel Galarza...

Una vez estallada la guerra, la represión izquierdista no puede atribuirse al "pueblo", ente abstracto que sirve para justificar cualquier fechoría, sino a los partidos y sindicatos de izquierdas, armados por Giral y Azaña. 

Como instrumento de asesinato, tortura y sistemático saqueo se concibieron las siniestras checas, controladas por partidos, organizaciones sindicales y organismos oficiales como el Ministerio de Gobernación o la Dirección General de Seguridad. Destacados dirigentes como Galarza, Manuel Muñoz, Santiago Carrillo o Margarita Nelken fueron responsables de ellos.

Con respecto al número de represaliados por cada bando, las cifras varían. 

Desde una perspectiva izquierdista se han ofrecido cifras de hasta un millón de asesinados por los franquistas, pasando por los 400.000 de Gabriel Jackson o los 150.000 (con 50.000 asesinados por los frente populistas) de Santos Juliá. El inimitable Preston, con su habitual desenfado, cifra los represaliados por los franquistas en 200.000 sólo en la posguerra. 

Teniendo en cuenta que el número de muertos totales en la contienda fue de aproximadamente un cuarto de millón, la falsedad de tales cifras salta a la vista y sólo se pueden inscribir en el terreno de la propaganda. Los métodos usados para cuantificar las víctimas no se pueden calificar de científicos: se mezclan asesinados con muertos en combate, se multiplican los nombres, se basan en rumores y leyendas...

Más serios y ecuánimes son otros estudios. La Causa General cifra el número mínimo de asesinados por los izquierdistas en 85.940. Salas Larrazábal cuantifica los asesinatos en aproximadamente 72.000 por parte izquierdista y 58.000 por los franquistas, incluyendo los muertos tras la guerra. Martín Rubio cifra el número de represaliados en 60.000 muertos causados por las izquierdas y 80.000 por el bando vencedor, incluyendo 23.000 fusilados en la posguerra. Estos estudiosos utilizan una metodología más rigurosa que los anteriores: análisis demográficos, estudios de población, inscripciones en registros civiles...


La represión tras el fin de la contienda fue encauzada a través de tribunales. De las aproximadamente 50.000 condenas a muerte fueron conmutadas más de la mitad. Pronto hubo reducciones de penas y la mayoría de condenados a cadena perpetua quedaron en libertad en pocos años. Estos datos no concuerdan muy bien con la supuesta voluntad exterminadora  de los vencedores una vez acabada la guerra.

En virtud de lo anteriormente expuesto creo que con respecto a la represión se puede concluir lo siguiente:

  • En los dos bandos hubo una feroz represión, a todas luces injustificable a pesar de la situación de guerra. En acertadas palabras de don Ramón Salas Larrazábal: "Todos tenemos mucho de que avergonzarnos y muy poco que reprocharnos".
  • En caso de que hubiese algún "terror de respuesta" el del bando franquista encajaría mejor en esa "definición", ya que las derechas fueron sometidas a un brutal y mortal acoso por parte de las izquierdas durante buena parte de la vigencia de la II República y especialmente en octubre del 34 y desde febrero del 36.
  • En ambos bandos hubo llamamientos para poner fin a la matanza.
  • Al cuantificar el número de represaliados debe tenerse en cuenta que los vencedores pudieron actuar en la totalidad del territorio y durante más tiempo.
  • Hubo una importante represión entre distintos partidos izquierdistas y en el seno del ejército rojo. No sucedió nada similar en el bando contrario.

Queda claro, pues, que la barbarie y la crueldad no fueron patrimonio exclusivo de un sólo bando. 
Decididamente manipular la historia, obviar la ley de amnistía de 1977, glorificar sin tasa a media nación olvidándose de la otra mitad, y divinizar los intentos del maquis de reactivar la guerra civil , no puede conducir a ningun proposito bueno.

La izquierda actual se presentan como los actuales representantes de un régimen republicano maravilloso y bucólico, paradigma de la democracia y el progreso, del que sería descendiente directa nuestra actual democracia.

Por contraposición, los franquistas serían los responsables de haber malogrado tan idílico régimen y la encarnación de todas las maldades y vilezas. La actual derecha, sería la heredera natural del franquismo y carecería por tanto de cualquier legitimidad al estar manchada por un pecado original imborrable e imposible de purificar.

Para difundir ese irreal panorama, los defensores de tan peculiar desmemoria no dudan en patrocinar, por supuesto con fondos públicos, campañas propagandísticas, panfletos , exposiciones, actos reivindicativos ,y el deseo de reescribir la historia al gusto del consumidor, lo que no presagia nada bueno, y solo tiene un fin politico .



Autor : Rafael Guerra

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17 comentarios:

  1. Antonio. Entiendo que el articulo no te guste , o no este en la linea de tu pensamiento ,pero me podrias aclarar que parte es falsa , te animo a que si encuentras algun dato incorrecto me lo hagas saber , y si no hay datos incorrectos por poco que te guste , no es falso , no siempre es falso aquello que no nos gusta

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  2. Algunas partes falsas: la izquierda era violenta desde 1931. Falso.

    La intentona izquierdista de 1934: ¿Cuando murió más gente? ¿con la revuelta de UGT y CNT o con la represión de Franco, ordenada por la derecha de CEDA y Lerroux del bienio negro?

    "Decididamente manipular la historia, obviar la ley de amnistía de 1977, glorificar sin tasa a media nación olvidándose de la otra mitad",...¡Por Dios: esto es lo que habéis echo siempre las derechas.

    Sobre informacón más científica y fidedigna referente a las cifras de muertos durante la guerra civil: consultar la obra de Josep Maria Solé Sabaté.

    "La actual derecha, sería la heredera natural del franquismo". Hombre: esto9 es una evidencia inocultable por vosotros mismos.

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  3. Hay muchas más falsedades y memoria selectiva en este pamfleto fascista que en ningún otro estudio serio echo sobre éste período. Una verguenza.

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  4. 11 de mayo de 1931
    Se produce una quema general de iglesias y conventos en Madrid, Málaga, Cádiz, Valencia, Sevilla, y Murcia. En total parece que se produjeros unos 119 ataques a edificios religiosos, aunque en alguno solo se produjeron daños leves. Pese a todo, se destruyeron obras de arte, científicas, y se dañaron muchos edificios religiosos.El mismo Alcalá Zamora dice que fué una "jornada odiosa" y carga las culpa sobre Manuel Azaña, que amenazó con ponerse al frente de una revuelta si se empleaba a la Guardia Civil para reprimir los atentados.

    El 21 de julio de 1931 en Sevilla, hay que recurrir a la artillería para reducir el movimiento anarquista que se estaba desarrollando desde hacía varias semanas, y tiene lugar el cañoneo a la "Casa de Cornelio" Por aquellos dias hubo en Sevilla hasta 20 muertos
    En Barcelona, el gobernador civil Sr. Anguera de Sojo, tuvo que intervenir duramente, incluso contra Esquerra Republicana que apoyaba en algunos aspectos a los anarquistas. Así se produjeron intensos tiroteos frente al Sindicato de la Construcción de la calle de Mercaders produciéndose muertos, heridos y prisioneros .

    En el mes de marzo 1932 se suceden estallidos de bombas en Barcelona, Madrid y Huelva, atracos con asesinatos y agresiones en diversas poblaciones, asesinato en Ceuta de un coronel del Tercio,asaltos a casas, tiendas o cortijos en Llerena(Badajoz),Cebollo,(Toledo), Monbeltrán (Avila) Aracena (Huelva), Villa de Don Fadrique (Toledo) y Mancha Real (Jaén); disturbios en Santiago de Compostela, Vitoria, Alicante y pueblos de Avila y Andalucía.Se descubren un complot en Córdoba, otro de caracter militar en Jaca.En Lora del Rio se ataca el cuartel de la Guardia Civil.

    Durante todo el mes de abril el campo de Andalucía vivió una efervescencia anárquica y se suceden huelgas, asaltos a cortijos, talas de árboles. En Chipiona los amotinados, dirigidos por un concejal socialista trataron de asaltar el cuartel de carabineros produciéndose varios muertos y heridos. En Baena y Sevilla los soldados tienen que hacerse cargo de los servicis públicos y también se producen muertos y heridos.

    Y sigue... si esto no e violencia como se llama

    A ver si la actual derecha es la heredera del franquismo , como se le llama a los lideres de la izquierda actual que han tenido vinculos familiares con el franquismo , herederos lejanos ?¿?¿?


    dejando a un lado etiquetas políticas, trataré de resumir el problema que planteas: en 1934 el PSOE y la Esquerra catalana, planearon una guerra civil, según consta textualmente en sus propios documentos; y la llevaron a cabo en octubre de ese año, alzándose contra un gobierno legítimo que respetaba la Constitución. El alzamiento fracasó, porque el pueblo desoyó los llamamientos a las armas, pero aun así dejó 1.400 muertos en 26 provincias. Fue mucho más que las insurrecciones anarquistas o el golpe de Sanjurjo, y aunque no cuajó como guerra en toda España, sí lo hizo en Asturias durante dos semanas, obligando a intervenir al ejército. Allí la lucha tuvo los rasgos de la de 1936, entre ellos la matanza de prisioneros y religiosos.

    Vuelvo a repetir si hay algun dato incorrecto exponerlo , porque los insultos solo dan a entender el tipo de cultura que se posee.

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  5. No conozco la obra del sr sole pero esta frase es suya del dia 26/04/11 pubicada en el punt

    ‘El Barça ha expulsado a los violentos, el Madrid no lo ha hecho porque su historia a partir del franquismo se basa precisamente en la violencia institucionalizada’

    Espero que en la historia sea algo mas imparcial por el bien suyo y de sus lectores.

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  6. Muchos autores cuando hacen un balance de lo que fue el periodo republicano y la posterior guerra civil, ignoran, no sé si a sabiendas o no, la cruel realidad social de la época, la miseria de las clases asalariadas iba acompañada de otras lacras como el analfabetismo, la mendicidad, la falta de higiene, las enfermedades, la prostitución… Para quien le gusten las cifras tomemos como ejemplo la ciudad de Sevilla, una de las urbes más importante de España a principios de siglo XX, en los años treinta presentaba un índice de mortalidad de un 24,9 por mil para concretar en 1923 tenemos una mortalidad infantil de un 160 por mil, estos datos tan escandalosos presenta a Sevilla como una de la ciudades más mortíferas del mundo, comparándola incluso con la India. Como curiosidad diré que uno de los motivos conocidos de los elevados índices de mortalidad infantil era por la deficiente red de alcantarillados, donde se mezclaban las aguas potables con las residuales, cuando se propuso cambiar éste por otro más acorde a las necesidades de la ciudad, la Comunidad de Propietarios de Inmuebles se opuso a ello, dejando entrever la poca conciencia social existente. Junto a estos datos mencionados tenemos a que en los años 20 el índice de analfabetismo en Sevilla capital era de un 21,7%, el índice de paro alcanzó en los años 30 entre 10.000 y 15.000 obreros en la capital, más una inmigración masiva de jornaleros del campo originados entre otras razones, como ya sabemos, por una concentración de la tierra donde el 2% de los propietarios poseen el 47% de las tierras productivas.1

    Respecto a quien mato más si los rojos o los azules el autor del artículo dice «En caso de que hubiese algún "terror de respuesta" el del bando franquista encajaría mejor en esa "definición", ya que las derechas fueron sometidas a un brutal y mortal acoso por parte de las izquierdas durante buena parte de la vigencia de la II República y especialmente en octubre del 34 y desde febrero del 36.». Vuelvo a insistir en la realidad social de la época, en la miseria, el hambre, la mortalidad infantil y en otro dato no mencionado el pistolerismo empresarial de los años 20 y 30, contestado por el de las centrales sindicales recuérdese el Libro de Eduardo Mendoza La Verdad del Caso Savolta. De un lado “el odio destilado lentamente durante años en el corazón de los desposeídos” y en el otro “el odio de los soberbios, poco dispuestos a soportar la insolencia de los humildes” (Azaña). En un pasaje de la memorias de José Luis de Vilallonga: “Todavía recuerdo el día en que, un poco antes de la guerra, mi abuela dijo de pronto: «siento un infinito desprecio hacía los pobres»…..«Sí, porque, ¿cuántos son ellos? Millones. Y los ricos ¿cuántos somos? Muy pocos. Pero aquí estamos desde hace siglos sin que a nadie se les ocurra hacernos nada.»2. Otro testimonio el del Jurista Francisco Partaloa, fiscal del Tribunal Supremo de Madrid y amigo de Queipo de Llano, que vivió en las dos zonas en guerra primero en la republicana y después en la nacional, escribe: Tuve la oportunidad de ser testigo de la represión en ambas zonas. En las nacionalista, era planificada, metódica y fría….. en la zona republicana los crímenes los perpetró la gente apasionada, no las autoridades. Éstas siempre trataron de impedirlos….3
    Para concluir con estos datos no sé si se puede justificar un estallido social, pero si la gente vive como animales, se termina comportando como tales.

    1. Historia de Sevilla.Universidad de Sevilla. I.S.B.N.: 84-7405-585-7.

    2. Memorias no autorizadas. La cruda y tierna verdad. Plaza y Janés. Barcelona, 2001.

    3. Los mitos de la Guerra Civil. Enrique Moradiellos. Ed. Península. Barcelona 2004.

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  7. Respeto tu opinion pero.

    La bibliografía sobre la guerra civil española es gigantesca. Se ha dicho que supera ampliamente a la existente respecto a cualquier otro gran conflicto del siglo veinte, incluida la segunda guerra mundial, y es cierto. (Carlos Artola: Reseña de España traicionada). Una búsqueda en Dialnet da 5108 documentos. Una búsqueda en una librería especializada da mas 570 libros comercializados . hay tesis y opiniones para todos los gustos y colores

    por ejemplo.

    Montero Moreno, Antonio (1999) [1962] (en español). Historia de la persecución religiosa en España. 1936-1939. (2ª edición). Madrid (España): BAC. p. 762. ISBN 84-7914-383-5. En este libro, expresa: «En toda la historia de la universal Iglesia no hay un solo precedente, ni siquiera en las persecuciones romanas, del sacrificio sangriento, en poco más de un semestre, de doce obispos, cuatro mil sacerdotes y más de dos mil religiosos.»


    "en la zona republicana los crímenes los perpetró la gente apasionada, no las autoridades. Éstas siempre trataron de impedirlos"

    1)Como instrumento de asesinato, tortura y sistemático saqueo se concibieron las checas, controladas por partidos, organizaciones sindicales y organismos oficiales como el Ministerio de Gobernación o la Dirección General de Seguridad. Destacados dirigentes como Galarza, Manuel Muñoz, Santiago Carrillo o Margarita Nelken fueron responsables de ellos.

    2)Una vez estallada la guerra, la represión izquierdista no puede atribuirse al "pueblo", ente abstracto que sirve para justificar cualquier fechoría, sino a los partidos y sindicatos de izquierdas, armados por Giral y Azaña.

    3)las Matanzas de Paracuellos entre el 7 de noviembre y el 4 de diciembre de 1936, sacas de los presos de las cárceles de Madrid (entre los que se encontraba el dramaturgo Pedro Muñoz Seca junto otras personas, intelectuales, religiosos, políticos y militares) y asesinados, la mayoría, en la localidad de Paracuellos.

    En el contexto de la guerra fueron muchos los que se aprovecharon para realizar macabros actos, a veces por venganza sin relación con la propia contienda, y cuando una zona caía en manos de uno u otro bando, no tardaban en llegar los paseos. Especialmente cruel para la población fue el caso de las localidades que fueron intermitentemente ocupadas por ambos bandos, con las consiguientes y repetidas ejecuciones y venganzas.

    En la zona bajo control de la República, los enfrentamientos entre milicias y facciones opuestas también sirvieron de coartada a episodios de represión sangrientos, como en el caso de los levantamientos populares de Barcelona en mayo de 1937 explicados, basados en su experiencia de primera mano por George Orwell en su Homenaje a Cataluña

    de las causas te hablo en el siguiente comentario

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  8. Para las causas Trataré el asunto sólo desde la historiografía, dejando al criterio de cada uno la valoración moral. Desde este punto de vista, las diferentes preguntas sobre el origen de la guerra pueden reducirse a una: ¿llegó la guerra civil como consecuencia de una presión «fascista» a la cual se vio obligada la izquierda a resistir, o, por el contrario, se trató de una presión revolucionaria que la derecha hubo de repeler?
    A esas presiones las llamaré «peligros» o «amenazas», no en un sentido peyorativo o descalificador, sino en el sentido de que hacían peligrar a un régimen que se presentaba como democrático, y de que eran percibidos como amenazas por sus contrarios. Naturalmente, para un revolucionario sus ideas y actos no constituían una amenaza, sino una promesa de redención, y lo mismo los suyos para los contrarrevolucionarios.

    Sigue....

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  9. LA INTERPRETACION FRENTEPOPULISTA
    La República llegó pacíficamente y, de manera generosa, prescindió del «cortejo sangriento de la represalia y la venganza», como decía Prieto, instaurando una democracia parlamentaria progresista, pero moderada. Sin embargo, la vieja oligarquía reaccionaria vio en aquellos proyectos de modernización del país un riesgo inminente para sus privilegios, y comenzó desde el primer momento a conspirar contra el régimen.

    Que así fue lo demuestran estos hechos. Los monárquicos organizaron enseguida conjuras ,los carlistas volvieron a armarse y a preparar milicias, y la Iglesia inspiró un partido fascista o fascistoide, Acción Popular, luego la CEDA, para acosar a la república y defender los intereses oligárquicos. La importancia y el peligro de esa reacción quedaría de relieve en el golpe del general Sanjurjo, en agosto de 1932.

    los enemigos de la república habrían intensificado la demagogia, sobre todo por medio de la CEDA, la cual, explotando los sentimientos religiosos populares, atraía a masas considerables, a fin de ocupar legalmente el poder, y desde él abolir el Parlamento y la democracia. De paso entró en liza un partido más abierta y violentamente fascista, la Falange. La CEDA tuvo bastante éxito al principio, y consiguió ganar las elecciones de 1933, perdieron las izquierdas por ir desunidas a las urnas. El peligro «fascista» se hizo inminente cuando en octubre de 1934, la CEDA entró en el gobierno, con tres ministros. Ante esta situación, los socialistas y la Esquerra catalana, secundados moralmente por las izquierdas republicanas, tuvieron que reaccionar con una insurrección precipitada, muy posiblemente provocada por la propia derecha, y abocada a la derrota. La «reacción» sacó partido del desastre para desatar una feroz e inhumana represión, en particular contra los mineros de Asturias.

    al fracasar políticamente el «bienio negro», dominado por la reacción, las izquierdas volvieron a presentarse a las urnas, pero esta vez unidas en el Frente Popular, y cosecharon un gran triunfo. Su programa seguía siendo progresista, aunque básicamente moderado, pero los partidos de la oligarquía decidieron recurrir ya, de manera general, a la subversión violenta.

    La mayoría de los historiadores reconoce excesos de las izquierdas en los meses siguientes, excesos lógicos, dada la brutal represión que habían sufrido en el «bienio negro», pero en conjunto consideran la situación soportable y que lo que más enturbiaba el ambiente eran las provocaciones y violencias principalmente a cargo de la Falange. Así, provocando deliberadamente la inseguridad y la subversión, y conspirando sin descanso en el Ejército, se llegó a la rebelión militar de julio, que dio comienzo a la guerra civil.

    ¿Por qué reaccionó desde un principio la oligarquía de manera violenta o al menos subversiva, en lugar de defenderse con moderación, como en otros países? Una razón estaría en el carácter de la oligarquía española, egoísta, falta de ilustración y acostumbrada a usar una represión brutal.

    Habría otra razón para que la oligarquía financiera y terrateniente, como se la ha solido llamar, recurriera al fascismo o algo parecido en defensa de sus intereses, y es que los regímenes autoritarios se extendían rápidamente por Europa, Nada más natural ,que la alta burguesía española viese la mejor defensa de sus intereses en un régimen de fuerza, libre peligrosas formalidades democráticas. Ello explicaría tanto la subversión derechista bajo la república como la guerra y el régimen venido después.
    Sigue.........

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  10. Este viene a ser en esquema la teoría que, con unos u otros matices y complicaciones, han defendido Tuñón de Lara, Preston, Jackson y otros, y es hoy día aceptada en amplios círculos de la izquierda e incluso de la derecha. Tiene un aspecto convincente por dos razones: en primer lugar, porque se apoya en algunos hechos reales. Pero lo que la hace más convincente no es tanto esos hechos como la teoría general que los envuelve. Según esa teoría, el fondo de la historia fue un conflicto de intereses muy comprensible: los republicanos y las izquierdas en general aspiraban a modernizar el país defendiendo a los trabajadores y a los desfavorecidos por medio de reformas que perjudicaban a los poderosos y a los privilegiados. Y éstos reaccionaron con brutalidad. Así todo encaja.
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  11. A) la llegada pacífica de la República. Sin duda llegó ésta en paz en abril de 1931…; pero sólo después de haber intentado imponerse por la violencia cuatro meses antes, mediante el pronunciamiento militar de Jaca. Fracasado el golpe en diciembre de 1930, el nuevo régimen triunfó por medio de unas elecciones. Por lo tanto no fueron los republicanos, sino sus adversarios los que actuaron de modo pacífico y permitieron la llegada tranquila de la república. Todavía hay más: aquellas elecciones tuvieron carácter municipal, no parlamentario, y fueron perdidas por los republicanos.
    Sin embargo, los monárquicos se apresuraron a entregar el poder a sus enemigos. el hecho es indudable, reconocido por todos los historiadores y testimonios, empezando por Miguel Maura, principal promotor entonces de la abolición monárquica. Sorprendentemente, la oligarquía habría abierto el paso a la república.

    ¿Cómo puede, sostenerse la tesis de la generosidad republicana por no haber preparado el «cortejo sangriento de la venganza y la represalia»? Parece poco razonable que fueran a tomar represalias contra quienes les habían entregado el poder, como dice Maura. La generosidad, si es la palabra adecuada, estuvo en este caso del lado monárquico, y por el contrario, los actos siguientes de los republicanos tienen mucho de persecución y venganza, no sangrientas de momento. Así al declarar al monarca fuera de la ley y confiscar sus bienes, o al procesar a políticos por colaboración con la dictadura de Primo, con la cual habían colaborado también varios de los ahora republicanos, empezando por Largo Caballero y el PSOE.

    Enseguida ocurrió, además, otro suceso poco pacífico: la gran quema de iglesias, bibliotecas, escuelas, centros de formación profesional y obras de arte a poco más de tres semanas de proclamarse la República, y antes de que los conservadores hubieran mostrado la menor hostilidad al régimen.

    Es difícil ver en aquellos incendios otra cosa que una explosión de fanatismo antireligioso, pero también antidemocrático y anticultural, cosas que suelen olvidarse. La actitud de los gobernantes ante los sucesos, permisiva primero y de castigo a las víctimas después, tampoco hay modo de entenderla como democrática, ni de respeto a la legalidad o a los derechos ciudadanos. Si a algo recuerda el acontecimiento es a la noche de los cristales rotos, protagonizada por los nazis.
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  12. B) Como segunda observación , debe señalarse que si bien los monárquicos empezaron entonces a conspirar en el ejército, y los carlistas a formar milicias en Navarra, la respuesta muy mayoritaria de los conservadores no fue violenta, sino al contrario, pacífica y legalista, e iba a encontrar su cauce en la CEDA. Hay que subrayar, en confirmación de lo anterior, que la rebelión de Sanjurjo quedó casi completamente aislada en la derecha, la cual no la secundó en ningún momento, aunque algunos sectores simpatizaran con ella. Por esa razón fracasó enseguida, dejando 10 muertos, casi todos de los sublevados. Y también por esa razón Azaña se felicitó abiertamente en las Cortes por dicha rebelión, ya que ella había dado ocasión a desbaratar a los enemigos de la república, y a fortalecer al régimen.

    En cuanto a la CEDA, ciertamente no era republicana, pero aceptaba la legalidad, y poseía una cualidad que hubiera permitido la convivencia ciudadana y el funcionamiento del sistema. Esa cualidad era la moderación. se a Gil-Robles de actuar con hipocresía y aspirar a destruir el régimen desde las urnas. pero la CEDA no formó milicias, ni predicó la violencia, ni respondió de la misma manera a los atentados que sí sufrió de las izquierdas. Por otra parte, cuando la izquierda se sublevó, en octubre de 1934, defendió y mantuvo la legalidad republicana, que tan poco le gustaba, invocó la defensa de las libertades y ni siquiera pidió ilegalizar a los partidos rebeldes. Queda en claro la falsedad de las acusaciones de fascismo hechas a Gil-Robles, de echo los monárquicos pensaron en aprovechar la ocasión para derribar el régimen, y según Ansaldo se lo propusieron a Franco, el cual no aceptó.

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  13. A estas alturas puede relegarse a la categoría de mitos propagandísticos el de la sanguinaria y brutal represión en Asturias después de la revolución del 1934. Que se produjeron entonces algunos excesos es seguro, y que ellos fueron inferiores a los cometidos por los revolucionarios, también. me limito a recordar que al volver las izquierdas al poder en 1936 no aparecieron por ninguna parte las reclamaciones por daños que tendrían que haberse producido si hubieran tenido lugar los tan pregonados asesinatos, saqueos y torturas masivos.

    Es más, las izquierdas se negaron tozudamente a investigar las supuestas atrocidades de Asturias, a pesar de que Gil-Robles insistiese en ello. Se formó una comisión, integrada por Dolores Ibárruri, Matilde de la Torre y otros dos políticos menos conocidos; pero de ella nunca más se supo, e Ibárruri la olvida discretamente en sus memorias. Sin embargo, la campaña sobre la represión en Asturias tuvo una importancia política fundamental, pues creó un clima de odio y revancha antes inexistente, y se convirtió en el eje de la alianza de partidos conocida por Frente Popular.

    Lo indicado permite establecer que los conservadores, en
    su mayoría, no obstaculizaron, sino que facilitaron la instauración republicana y que mantuvieron una actitud moderada y legalista, a pesar de agresiones como la quema de iglesias y bibliotecas, y otras muy graves. No se percibe en esos primeros años ningún peligro fascista o golpista real, pues la Falange y los monárquicos constituían grupos minoritarios. Baste decir que en las elecciones de 1933, la derecha moderada obtuvo más de 190 escaños en las Cortes, 115 de ellos la CEDA, mientras que los monárquicos de ambas ramas no pasaron de 36, incluyendo el del falangista José Antonio.

    Así pues, el levantamiento militar de julio del 36 no puede verse como la culminación de una larga y sorda subversión antirrepublicana empezada con el mismo nacimiento del régimen, sino como una rebelión in extremis ante una situación juzgada insostenible.

    Que fue esto último lo indican dos cosas: primera, que , al revés que en octubre de l934, cuando un golpe así tenía casi la garantía de imponerse, en 1936 la mayoría de los factores estaba en contra: el poder en manos de la izquierda y el ejército más dividido que nunca; fue, por tanto, un movimiento, si no a la desesperada, sí con probabilidades de fracasar. Segunda, que, por primera vez, la conspiración implicó de manera directa o indirecta a los principales partidos de la derecha, incluida la CEDA; a diferencia del golpe de Sanjurjo, la sublevación militar fue asumida rápidamente como propia por buena parte de la población. Por consiguiente, hay que buscar las causas de esta sublevación, no en la República misma, sino en los sucesos posteriores al triunfo del Frente Popular, en febrero del 1936.

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  14. ¿Justificaban tales sucesos una rebelión armada? Para los rebeldes sí, pero debemos buscar un criterio menos partidista.

    Hay pocas dudas de que la situación era caótica, como reconocen el socialista Prieto, el republicano Martínez Barrio y otros. Los datos disponibles, expuestos en las Cortes por Gil-Robles y Calvo-Sotelo, sin que nadie los contradijese, contabilizaban una serie interminable y creciente de asesinatos, incendios de iglesias, asaltos a locales políticos y periódicos, y a domicilios particulares, huelgas violentas, etc. Y los disturbios y atentados no daban señales de remitir, sino que iban en aumento, hasta culminar en el asesinato del jefe de la oposición, Calvo Sotelo, por la fuerza pública y elementos socialistas.

    Diversos autores dan a entender que la Falange inició los asesinatos, pero sabemos que no fue así. Al ganar las elecciones el Frente Popular, Primo de Rivera ordenó a los suyos mantenerse en actitud calmada y discreta. Pero, al igual que había ocurrido en 1934, varios falangistas fueron asesinados, y de ahí vinieron los contraataques. Por otra parte, la inmensa mayoría de los incendios y asaltos a periódicos y locales políticos tenía como objetivo los de signo conservador.

    Fueron Gil-Robles y Calvo-Sotelo quienes insistentemente propusieron en las Cortes que el gobierno reprimiese la oleada de crímenes. ¿Cómo iban a pedir eso si fueran ellos quienes la promovían? Y un dato probatorio de que las izquierdas conocían el origen de los desmanes, aunque pretendiesen a veces lo contrario, es la respuesta del Frente Popular a dichas peticiones: rechazarlas, con amenazas públicas a sus promotores, incluidas amenazas de muerte. Si los desmanes proviniesen de la derecha, indudablemente el gobierno los habría reprimido, y así lo hacía con la Falange, a la que persiguió con dureza . No perseguía, en cambio, a los grupos revolucionarios, evidentes autores de la gran mayoría de los atentados.

    Ya el 1 de mayo, Prieto había clamado, en su célebre discurso de Cuenca, por lo demás extremadamente demagógico: «¡Basta ya! Basta, basta. La convulsión de una revolución, con un resultado u otro, la puede soportar un país; lo que no puede soportar un país es la sangría constante del desorden público sin finalidad revolucionaria inmediata; lo que no soporta un país es el desgaste de su poder público y de su propia vitalidad económica, manteniendo el desasosiego, la zozobra y la intranquilidad. Podrán decir espíritus simples que este desasosiego, esta zozobra, esta intranquilidad la padecen sólo las clases dominantes. Eso, a mi juicio, constituye un error». Estas palabras encierran un reconocimiento cabal de lo insostenible de aquella situación, y de su origen izquierdista. La exhortación de Prieto no fue atendida por los suyos.

    sigue...

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  15. Parece, pues, claro que la derecha no realizó o provocó el desorden caótico de aquellos meses con el fin de justificar el golpe de Estado, sino que, por el contrario, hizo reiterados intentos de que el propio gobierno izquierdista le pusiera coto. Y que fue el fracaso de esos intentos el que terminó por convencer a muchas personas, incluso a la mayoría de los más pacíficos y legalistas dirigentes de la CEDA, de que, antes de ser completamente aplastados era preferible sublevarse, aunque fuera en condiciones muy azarosas.

    A partir de ahí, por el apasionamiento de la lucha, la crisis mundial que por entonces sufría el liberalismo, y el influjo de los totalitarismos y autoritarismos europeos, la revuelta conservadora cobró algunos rasgos más o menos fascistas, sin serlo nunca realmente al estilo alemán o italiano.
    como respuesta contra los avances revolucionarios, que ya nadie esperaba poder frenar mediante la democracia liberal.

    Un saludo

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  16. Enhorabuena.Simplemente extraordinario.Razón es
    , que a algunos no les guste. Un abrazo. Angel

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