Las revoluciones en el siglo XVII fueron generalizadas en toda Europa, España tampoco podía ser una excepción y en ese contexto hay que situar y explicar desde los tumultos antifiscales y por la carestía y altos precios del grano, hasta las conjuras políticas de una aristocracia descontenta, como las producidas en Andalucía y Aragón, y las mucho más importantes rebeliones surgidas en Portugal, Cataluña y los territorios italianos. Olivares había advertido ya en su Memorial sobre los riesgos de una explosión social “por la falta de pan y mantenimientos”. A comienzos de 1640 Matías Novoa lo hacía sobre el descontento de la segunda nobleza y de los grandes linajes.
Aquí vamos a tratar la producida en Cataluña; acontecimientos complejos, sociales y políticos en paralelo, habitualmente bautizados por el nacionalismo posterior como “revolución nacional de Cataluña” contra el absolutismo centralizador, y por tanto, revolución liberadora, en la misma línea interpretativa que la seguida para explicar el alzamiento del siglo XV contra Juan II. La yuxtaposición en este caso de los motines campesinos y de la rebelión del Consejo de Ciento y la Diputación ha permitido que la llamada “Guerra de los Segadores” se haya convertido en el mito nacionalista por excelencia.
Desde 1635 el frente bélico contra los franceses se había situado en los Pirineos y, aunque los choques se dieron en diversos puntos (1638, combate de Fueterrabía) Cataluña era territorio clave en particular por el interés de Francia en conquistar un Rosellón siempre mal defendido por las poco colaboradoras oligarquías del Principado. Años antes, el obispo de Elna ya había advertido a la Corte que, de no hacer un esfuerzo especial, “lo que hoy es España, mañana puede ser Francia”. De hecho, la fortaleza de Salses se perdió en julio de 1639 (aunque pudo recuperarse) y Olivares (el malo para los nacionalistas) repetía quejas muy parecidas a las de Fernando el Católico hiciera ciento cincuenta años antes, culpando a la Diputación de Cataluña de que “la provincia se estaba perdiendo por su conducta escandalosa” y previendo que, mientras durara la guerra, los impuestos que recaudaba aquella serían cobrados por funcionarios reales. Aún después de la pérdida de Salses, el Consejo de Ciento barcelonés se opuso a enviar tropas para socorrer a lo que hoy suelen denominar los nacionalistas la “Cataluña francesa”.
El Virrey ordenó la movilización de la nobleza catalana de acuerdo con el “Usatge Princeps namque”, pero apenas fue obedecido por nadie. Hubo que enviar ejércitos reales desde la Corte.
Ahora entra el actor clave Pau Claris
En el mes de mayo, la Diputación, presidida desde 1638 por el canónigo Pau Claris, había iniciado ya contactos secretos con Luis XIII de Francia. Era una Diputación, como se reconoce hoy, corrupta, implicada en actividades de contrabando y confiscación sistemática de mercancías de los comerciantes catalanes “para ser vendidas con un beneficio considerable para diputados y funcionarios”, sobre todo a raíz de la prohibición de 1635 de comerciar con Francia. El Virrey Santa Coloma había intentado terminar con esta situación y reprimir las actividades de contrabando casi institucionalizado y la Diputación, principal implicada, le había acusado de forma “anticonstitucional”.
En agosto se anuncia la convocatoria de Cortes, pero Pau Claris se adelanta a convocar una “Junta de Brazos”, pronto reducida a treinta y seis miembros y “absolutamente manipulada desde la Generalidad”. Con el apoyo de este grupo, del Consejo de Ciento y de algunos juristas, en septiembre, libre ya la capital de la indeseada agitación de los segadores contra estas instituciones, Claris firma un protocolo con los enviados de Luis XIII con objeto de que el muy absoluto rey francés y su válido Richelieu protejan al Principado y el intento de sus dirigentes mas osados de proclamarlo como República. Pese a ello, la Generalidad todavía envia mensajes de lealtad a Felipe IV y protesta por el anuncio del rey de enviar tropas para pacificar los motines.
El 16 de enero de 1641 Cataluña, en efecto, se constituía República bajo la protección de Francia; sólo una semana mas tarde, y por iniciativa personal de Claris, la protección se convertía en soberanía y Luis XIII era proclamado conde de Barcelona por los escasos responsables de una situación que se convertía en absurda por momentos y que no tardarían en palpar las consecuencias de su error y su llamativo aislamiento en la propia Cataluña. El nuevo monarca absoluto de Cataluña renuncia a rentas reales que Felipe IV hacía tiempo que ya no conseguía cobrar.
Pero la luna de miel, si llegó a haberla, terminó ahí mismo. Luis XIII ocupó militarmente el país, impuso de inmediato un Virrey y un Capitán General franceses con mando sobre todos los ejércitos destacados en Cataluña; incluso obligó a los responsables de la rebelión a enviar a Francia rehenes como garantía de seguridad de las tropas francesas. Todo ello constituía un mal presagio, en menos de un mes los franceses se hacía por completo con el control político de Barcelona: Pau Claris, el traidor, muere en febrero de 1641. La parte de Cataluña que quedó ocupada y en manos francesas se convirtió desde entonces en el escenario preferente de la guerra franco-española y en la prenda que Francia retenía para obtener a cambio Flandes de Felipe IV.
Una realidad que se encontraron los responsables de la rebeldía es que la aristocracia y el clero se inhibieron mayoritariamente del movimiento o eran claramente fieles a Felipe IV. Pero también los dirigentes de numerosos municipios se habían negado desde el primer momento a aceptar la decisión de los diputados y sus escasos apoyos y prestar juramento de fidelidad a Luis XIII, forzando represalias y castigos por parte de las autoridades francesas y la Generalidad: destierros, destituciones e incautación de bienes, el “secuestro de rentas y jurisdicciones de más de la mitad del territorio catalán”, en suma, de unos fueros y constituciones que Felipe IV había respetado mucho mejor que esta Generalidad y esta oligarquía barcelonesa claramente superados por los acontecimientos y patéticamente aisladas.
Muchos catalanes prefirieron iniciar el camino del exilio hacia Valencia o Aragón, al tiempo que los dirigentes rebeldes se vieron abocados a una “represión absolutamente indiscriminada” contra los fieles a la soberanía legítima, lo que aún les enajenó más los escasos apoyos que tenían.
En Principado entero estaba dividido: Felipe IV había contado desde el comienzo con la fidelidad de lugares como Tortosa, Martorell o Tarragona; pronto, ciudades como Reus o Lérida y otras ciudades importantes se sublevaron contra los franceses, seguidas por todo el Valle de Arán, la comarca de Cardona, el Ripollés y el Alto Bregada. La guerra civil era un hecho casi desde el inicio del conflicto. La auténtica dictadura militar francesa impuesta en el Principado hizo el resto.
En 1646 se produce una conjura antifrancesa en Barcelona, es apresado el presidente de la Generalidad y se producen algunas ejecuciones, mientras los alzamientos populares contra el ejército francés se intensifican en una Cataluña que solo controla Luis XIII en una mínima parte. En 1652, el dirigente catalán profrancés, el Dr. Solsona, se encargó de castigar con extraordinaria dureza la rebeldía de Puigcerdá contra Luis XIII.
Las consecuencias de este conflicto tan mitificado por “el nacionalismo” fueron escasas, pues, en lo que a régimen particular se refiere. La etapa siguiente puede calificarse como “neoforalista”, precisamente en razón del espíritu continuista de los gobiernos de Felipe IV y Carlos II.
En cambio, hubo que lamentar lo que la historiografía nacionalista denomina habitualmente la “mutilación de Cataluña”; es decir, la pérdida del Rosellón y parte de la Cerdaña al firmarse la paz hispano-francesa de los Pirineos en 1659; tierras largamente ambicionadas por la Monarquía de París, férreamente dominadas desde 1641 y en las que Luis XIII anuló la legislación foral tradicional, sometiéndolas a las leyes generales francesas; poco después se prohibió el uso de la lengua provenzal.
Sirve poco lamentar que la historia haya sido como fue, pero conviene recordar que la caída de Perpiñán en manos francesas en 1642 y la derrota del ejército de Felipe IV fueron tan celebradas en París como en la Barcelona rebelde. El cronista coetáneo Parets escribió al respecto que “Cataluña llorará con lágrimas de sangre lo que celebra hoy con gritos de alegría”.
Sería más justo que quienes hoy, y repetidamente, se refieren a la pérdida de la “Cataluña francesa –culpando además a Felipe IV- revisaran la historia, esa que tan fraudulentamente se enseña en esa comunidad .
Esta es la “revolución nacional catalana” que nos presentan estos juntaletras subvencionados, que como otras muchas veces presentan a España como el enemigo, cuando ha sido el que los ha librado de las invasiones, repetidas muchas veces en la historia de los ejércitos franceses. Como en este caso que salieron derrotados, como tantas otras veces en suelo español.
Como tantas otras veces, repetimos, ahora retrocedemos dos siglos, la segunda mitad del siglo XV, época de los Reyes Católicos:
La voluntad real de caminar más allá de la mera unión personal se manifiesta en la asunción de las líneas de política exterior de las dos coronas y la mucho más importante decisión de trasvasar recursos solidariamente de una a otra, sin parar mientes en quien podía salir beneficiado y quién perjudicado por ello. En enero de 1475, Isabel decide enviar un ejército de dos mil hombres en socorro de Perpiñán, cuando las propias instituciones catalanas se resistían a colaborar en esa empresa con Juan II de Aragón (la misma cantinela de siempre).
La historia se repetirá después, ante las dificultades de don Fernando, como de sus antecesores, para encontrar colaboración de sus reinos propios, la parte catalana, para defender lo que algunos catalanes llaman aún hoy la “Cataluña francesa”, o Sicilia, o Nápoles.
En 1480 no se trata ya de la voluntad de la reina, sino que son las propias Cortes castellanas las que aceptan sufragar los gastos de mil quinientas lanzas para socorrer de nuevo a Perpiñán, ante la resistencia y la agresividad de las Cortes Catalanas (El rey dice en catalán a los estamentos del Principado que, por su falta de colaboración, “nos es forzoso, pues de otra manera tendríamos gran culpa, dirigirnos hacia otras partes de nuestros Reinos y señoríos, de donde sabemos y tenemos noticia que obtendremos tal subvención y servicio que podremos socorrer a los dichos hermanos nuestros” Archivo de la Corona de Aragón [ACA]Proceso de Cortes nº 40, fol.69).
El cronista Pulgar narra con detalle cómo, también en 1480, ante la amenaza turca contra Sicilia, los reyes ordenan preparar una flota en los puestos castellanos de Vizcaya y Guipúzcoa; fueron cincuenta naves, a las que se unieron otras de Andalucía y Galicia. Sicilia era también un reino ligado a la Corona de Aragón, no a la de Castilla pero a esta última, otra vez, no la importó colaborar con Aragón.
Es una lástima que en esa comunidad, a la que se le ha lavado el cerebro sistemáticamente durante los últimos 100 años, queden muy pocos resquicios para la verdad.Frente a la enseñanza, en la que se les cierra el acceso a la verdad de su historia, de sus antepasados que se sentían españoles.
Aquí vamos a tratar la producida en Cataluña; acontecimientos complejos, sociales y políticos en paralelo, habitualmente bautizados por el nacionalismo posterior como “revolución nacional de Cataluña” contra el absolutismo centralizador, y por tanto, revolución liberadora, en la misma línea interpretativa que la seguida para explicar el alzamiento del siglo XV contra Juan II. La yuxtaposición en este caso de los motines campesinos y de la rebelión del Consejo de Ciento y la Diputación ha permitido que la llamada “Guerra de los Segadores” se haya convertido en el mito nacionalista por excelencia.
Desde 1635 el frente bélico contra los franceses se había situado en los Pirineos y, aunque los choques se dieron en diversos puntos (1638, combate de Fueterrabía) Cataluña era territorio clave en particular por el interés de Francia en conquistar un Rosellón siempre mal defendido por las poco colaboradoras oligarquías del Principado. Años antes, el obispo de Elna ya había advertido a la Corte que, de no hacer un esfuerzo especial, “lo que hoy es España, mañana puede ser Francia”. De hecho, la fortaleza de Salses se perdió en julio de 1639 (aunque pudo recuperarse) y Olivares (el malo para los nacionalistas) repetía quejas muy parecidas a las de Fernando el Católico hiciera ciento cincuenta años antes, culpando a la Diputación de Cataluña de que “la provincia se estaba perdiendo por su conducta escandalosa” y previendo que, mientras durara la guerra, los impuestos que recaudaba aquella serían cobrados por funcionarios reales. Aún después de la pérdida de Salses, el Consejo de Ciento barcelonés se opuso a enviar tropas para socorrer a lo que hoy suelen denominar los nacionalistas la “Cataluña francesa”.
El Virrey ordenó la movilización de la nobleza catalana de acuerdo con el “Usatge Princeps namque”, pero apenas fue obedecido por nadie. Hubo que enviar ejércitos reales desde la Corte.
Ahora entra el actor clave Pau Claris
En el mes de mayo, la Diputación, presidida desde 1638 por el canónigo Pau Claris, había iniciado ya contactos secretos con Luis XIII de Francia. Era una Diputación, como se reconoce hoy, corrupta, implicada en actividades de contrabando y confiscación sistemática de mercancías de los comerciantes catalanes “para ser vendidas con un beneficio considerable para diputados y funcionarios”, sobre todo a raíz de la prohibición de 1635 de comerciar con Francia. El Virrey Santa Coloma había intentado terminar con esta situación y reprimir las actividades de contrabando casi institucionalizado y la Diputación, principal implicada, le había acusado de forma “anticonstitucional”.
En agosto se anuncia la convocatoria de Cortes, pero Pau Claris se adelanta a convocar una “Junta de Brazos”, pronto reducida a treinta y seis miembros y “absolutamente manipulada desde la Generalidad”. Con el apoyo de este grupo, del Consejo de Ciento y de algunos juristas, en septiembre, libre ya la capital de la indeseada agitación de los segadores contra estas instituciones, Claris firma un protocolo con los enviados de Luis XIII con objeto de que el muy absoluto rey francés y su válido Richelieu protejan al Principado y el intento de sus dirigentes mas osados de proclamarlo como República. Pese a ello, la Generalidad todavía envia mensajes de lealtad a Felipe IV y protesta por el anuncio del rey de enviar tropas para pacificar los motines.
El 16 de enero de 1641 Cataluña, en efecto, se constituía República bajo la protección de Francia; sólo una semana mas tarde, y por iniciativa personal de Claris, la protección se convertía en soberanía y Luis XIII era proclamado conde de Barcelona por los escasos responsables de una situación que se convertía en absurda por momentos y que no tardarían en palpar las consecuencias de su error y su llamativo aislamiento en la propia Cataluña. El nuevo monarca absoluto de Cataluña renuncia a rentas reales que Felipe IV hacía tiempo que ya no conseguía cobrar.
Pero la luna de miel, si llegó a haberla, terminó ahí mismo. Luis XIII ocupó militarmente el país, impuso de inmediato un Virrey y un Capitán General franceses con mando sobre todos los ejércitos destacados en Cataluña; incluso obligó a los responsables de la rebelión a enviar a Francia rehenes como garantía de seguridad de las tropas francesas. Todo ello constituía un mal presagio, en menos de un mes los franceses se hacía por completo con el control político de Barcelona: Pau Claris, el traidor, muere en febrero de 1641. La parte de Cataluña que quedó ocupada y en manos francesas se convirtió desde entonces en el escenario preferente de la guerra franco-española y en la prenda que Francia retenía para obtener a cambio Flandes de Felipe IV.
Una realidad que se encontraron los responsables de la rebeldía es que la aristocracia y el clero se inhibieron mayoritariamente del movimiento o eran claramente fieles a Felipe IV. Pero también los dirigentes de numerosos municipios se habían negado desde el primer momento a aceptar la decisión de los diputados y sus escasos apoyos y prestar juramento de fidelidad a Luis XIII, forzando represalias y castigos por parte de las autoridades francesas y la Generalidad: destierros, destituciones e incautación de bienes, el “secuestro de rentas y jurisdicciones de más de la mitad del territorio catalán”, en suma, de unos fueros y constituciones que Felipe IV había respetado mucho mejor que esta Generalidad y esta oligarquía barcelonesa claramente superados por los acontecimientos y patéticamente aisladas.
Muchos catalanes prefirieron iniciar el camino del exilio hacia Valencia o Aragón, al tiempo que los dirigentes rebeldes se vieron abocados a una “represión absolutamente indiscriminada” contra los fieles a la soberanía legítima, lo que aún les enajenó más los escasos apoyos que tenían.
En Principado entero estaba dividido: Felipe IV había contado desde el comienzo con la fidelidad de lugares como Tortosa, Martorell o Tarragona; pronto, ciudades como Reus o Lérida y otras ciudades importantes se sublevaron contra los franceses, seguidas por todo el Valle de Arán, la comarca de Cardona, el Ripollés y el Alto Bregada. La guerra civil era un hecho casi desde el inicio del conflicto. La auténtica dictadura militar francesa impuesta en el Principado hizo el resto.
En 1646 se produce una conjura antifrancesa en Barcelona, es apresado el presidente de la Generalidad y se producen algunas ejecuciones, mientras los alzamientos populares contra el ejército francés se intensifican en una Cataluña que solo controla Luis XIII en una mínima parte. En 1652, el dirigente catalán profrancés, el Dr. Solsona, se encargó de castigar con extraordinaria dureza la rebeldía de Puigcerdá contra Luis XIII.
Las consecuencias de este conflicto tan mitificado por “el nacionalismo” fueron escasas, pues, en lo que a régimen particular se refiere. La etapa siguiente puede calificarse como “neoforalista”, precisamente en razón del espíritu continuista de los gobiernos de Felipe IV y Carlos II.
En cambio, hubo que lamentar lo que la historiografía nacionalista denomina habitualmente la “mutilación de Cataluña”; es decir, la pérdida del Rosellón y parte de la Cerdaña al firmarse la paz hispano-francesa de los Pirineos en 1659; tierras largamente ambicionadas por la Monarquía de París, férreamente dominadas desde 1641 y en las que Luis XIII anuló la legislación foral tradicional, sometiéndolas a las leyes generales francesas; poco después se prohibió el uso de la lengua provenzal.
Sirve poco lamentar que la historia haya sido como fue, pero conviene recordar que la caída de Perpiñán en manos francesas en 1642 y la derrota del ejército de Felipe IV fueron tan celebradas en París como en la Barcelona rebelde. El cronista coetáneo Parets escribió al respecto que “Cataluña llorará con lágrimas de sangre lo que celebra hoy con gritos de alegría”.
Sería más justo que quienes hoy, y repetidamente, se refieren a la pérdida de la “Cataluña francesa –culpando además a Felipe IV- revisaran la historia, esa que tan fraudulentamente se enseña en esa comunidad .
Esta es la “revolución nacional catalana” que nos presentan estos juntaletras subvencionados, que como otras muchas veces presentan a España como el enemigo, cuando ha sido el que los ha librado de las invasiones, repetidas muchas veces en la historia de los ejércitos franceses. Como en este caso que salieron derrotados, como tantas otras veces en suelo español.
Como tantas otras veces, repetimos, ahora retrocedemos dos siglos, la segunda mitad del siglo XV, época de los Reyes Católicos:
La voluntad real de caminar más allá de la mera unión personal se manifiesta en la asunción de las líneas de política exterior de las dos coronas y la mucho más importante decisión de trasvasar recursos solidariamente de una a otra, sin parar mientes en quien podía salir beneficiado y quién perjudicado por ello. En enero de 1475, Isabel decide enviar un ejército de dos mil hombres en socorro de Perpiñán, cuando las propias instituciones catalanas se resistían a colaborar en esa empresa con Juan II de Aragón (la misma cantinela de siempre).
La historia se repetirá después, ante las dificultades de don Fernando, como de sus antecesores, para encontrar colaboración de sus reinos propios, la parte catalana, para defender lo que algunos catalanes llaman aún hoy la “Cataluña francesa”, o Sicilia, o Nápoles.
En 1480 no se trata ya de la voluntad de la reina, sino que son las propias Cortes castellanas las que aceptan sufragar los gastos de mil quinientas lanzas para socorrer de nuevo a Perpiñán, ante la resistencia y la agresividad de las Cortes Catalanas (El rey dice en catalán a los estamentos del Principado que, por su falta de colaboración, “nos es forzoso, pues de otra manera tendríamos gran culpa, dirigirnos hacia otras partes de nuestros Reinos y señoríos, de donde sabemos y tenemos noticia que obtendremos tal subvención y servicio que podremos socorrer a los dichos hermanos nuestros” Archivo de la Corona de Aragón [ACA]Proceso de Cortes nº 40, fol.69).
El cronista Pulgar narra con detalle cómo, también en 1480, ante la amenaza turca contra Sicilia, los reyes ordenan preparar una flota en los puestos castellanos de Vizcaya y Guipúzcoa; fueron cincuenta naves, a las que se unieron otras de Andalucía y Galicia. Sicilia era también un reino ligado a la Corona de Aragón, no a la de Castilla pero a esta última, otra vez, no la importó colaborar con Aragón.
Es una lástima que en esa comunidad, a la que se le ha lavado el cerebro sistemáticamente durante los últimos 100 años, queden muy pocos resquicios para la verdad.Frente a la enseñanza, en la que se les cierra el acceso a la verdad de su historia, de sus antepasados que se sentían españoles.
Lamentablemente partidista!!!!
ResponderEliminarParece que no interesa contar que en la época de los Austrias, se gobernaba el imperio en forma de república. Eso indica que cada territorio tenía sus propios fueros y gobierno, Generalitat en Cataluña, y por tanto sus ejércitos totalmente AUTOFINANCIADOS. Por eso el amigo Olivares, que no el inútil rey, intentó unificar políticamente los territorios. De hecho, no solo Cataluña se opuso, sinó que contemporáneamente Portugal también se sublevó. Es decir,la rebelión de Cataluña fue un caso típico en la época de lucha entre las aspiraciones centralizadoras de las monarquías europeas y los derechos o libertades tradicionales, provenientes de la Edad Media que ostentaban sus territorios.
Tampoco parece importar al redactor de tan subjetivo artículo que en esa época, nuestra piel de toro vivía inmersa en una pobreza absoluta por culpa del disoluto gobierno del imperio. Todas sus riquezas las ocupaban en enriquecerse los gobernantes y pagar ejércitos de mercenarios, que apenas cobraban, en sus guerras por Europa para mantener sus territorios. En la guerra que mantenían con Francia, Olivares vio la manera de implicar en ella a Cataluña y situó en Gerona el frente de batalla. Así que llevó 9.000 soldados de los Tercios a pasar todo un invierno en la frontera de Gerona, bajo una ley que obligaba a la población a alojarlos. Esta imposición y los excesos en los que cayeron las tropas provocó una tensión que concluyó en mayo de 1640 cuando los campesinos gerundenses atacaron a los Tercios allí alojados.
Obviamente siempre hay detrás la clase dirigente que azuza y aprovecha las circunstancias para sus intereses, y si no que se lo pregunten al amigo Olivares.
Una sugerencia...no opines, solo consigues convertirlo en un artículo de opinión poco parcial
no hay nadie mas subjetivo que quien no quiere entender lo que lee.
ResponderEliminarDICES .-"Tampoco parece importar al redactor de tan subjetivo artículo que en esa época, nuestra piel de toro vivía inmersa en una pobreza absoluta por culpa del disoluto gobierno del imperio." NO HAS LEIDO .- en ese contexto hay que situar y explicar desde los tumultos antifiscales y por la carestía y altos precios del grano, hasta las conjuras políticas de una aristocracia descontenta, como las producidas en Andalucía y Aragón, y las mucho más importantes rebeliones surgidas en Portugal, Cataluña y los territorios italianos. Olivares había advertido ya en su Memorial sobre los riesgos de una explosión social “por la falta de pan y mantenimientos”. A comienzos de 1640 Matías Novoa lo hacía sobre el descontento de la segunda nobleza y de los grandes linajes. y se te OLVIDAN unos años (1629-1638) calamitosos de peste y malas cosechas en casi toda españa y en especial en cataluña.
DICES.-"En la guerra que mantenían con Francia, Olivares vio la manera de implicar en ella a Cataluña y situó en Gerona el frente de batalla. Así que llevó 9.000 soldados de los Tercios a pasar todo un invierno en la frontera de Gerona, bajo una ley que obligaba a la población a alojarlos. Esta imposición y los excesos en los que cayeron las tropas provocó una tensión que concluyó en mayo de 1640 cuando los campesinos gerundenses atacaron a los Tercios allí alojados. esto esta bien explicado en este post http://historiasinhistorietas.blogspot.com.es/2010/09/los-segadores-heroes-del-nacionalismo.html
lo de que españa se gobernaba como una republica en tiempos de la momarquia de los autrias , es una cuestion tan ilusa que por cae por su propio peso . o no tienes claros los conceptos de republica y monarquia.
No acepto tu sugerencia seguire opinando siempre que me parezca oportuno .y si piensas que es parcial deberias explicar en que puntos , pero con datos no con supòsiciones , aunque tengo que reconocer que parcial si se puede ver, puesto que desmonta las tesis nacionalistas.
Antes de nada, hoy ha sido el primer día que he entrado en vuestro blog. Me parece muy interesante y muy bien estructurado.
ResponderEliminarEn el primer "DICES" hago referencia a la corrupción del gobierno de la nación. Te he llamado partidista solo porque tú lo has escrito muy finamente llamándolo "conjuras políticas" y te apresuras a llamar corrupta, implicada en actividades de contrabando y confiscación sistemática de mercancías de los comerciantes catalanes “para ser vendidas con un beneficio considerable para diputados y funcionarios, que no digo que no lo fuera, a la diputación catalana. Esa diferente vara de medir vale para un público específico, pero por supuesto no ayuda al acercamiento y busca una confrontación. En un blog tan bien montado como este...¿Crees que es necesario o te ayuda en algo?
y sí, me he equivocado al llamar república al tipo de gobierno practicado por los Austrias, perdón, debería haber dicho pequeños estados federales.
El blog es tuyo y supongo que continuarás opinando a tu albedrío, pero las formas son muy importantes y el tener una parte de la razón no te exime de cumplir con ellas.
Y para suposiciones las tuyas,o malintenciones, que sepas que no se inculca en las escuelas catalanas ningún tipo de españofobia. Eso también es de "juntaletras subvencionados", y te parafraseo...
De nuevo, buen blog, pero sin opiniones que puedan herir sería genial.
como se llama esto ?¿ , ....
ResponderEliminarEn el libro de 5º de Primaria «Conocimiento del Medio Social y Cultural», de la editorial Santillana (pags. 8 y 12), se expone a los alumnos que «Cataluña es un país situado al nordeste de la Península Ibérica» y compara su extensión (de 32.000 km2) con la de otros países como los Países Bajos o Bélgica.
El derecho de autodeterminación es una constante en muchos manuales educativos; en algunos se destaca que «el acatamiento del marco constitucional vigente no significa la renuncia del pueblo catalán a la autodeterminación», que se plantea como un derecho. (Escànner 6. Los límites de la libertad. Ciencias Sociales. Segundo ciclo de ESO).
En el libro «Ciencias Sociales. España: diversidad física y humana» (crédito variable ESO) se recoge un diálogo entre alumnos: «Si Cataluña no tiene Estado propio, ¿qué es la Generalitat?, ¿Qué pinta su presidente?». Preguntas que invitan a los alumnos a la reflexión.
Un manual de 5º de Primaria detalla que: «Por razones políticas, comerciales o económicas y culturales, Cataluña ha establecido lazos muy fuertes con los pueblos vecinos de la Europa mediterránea y, sobre todo, con los pueblos del Estado español». («Conocimiento del Medio Social y Cultural», de la editorial Santillana»
El libro de Ciencias Sociales de Geografía e Historia de 2º de ESO de la editorial Barcanova, que se estudia en Cataluña, recurre igualmente a Quebec para encabezar el capítulo titulado El derecho de los pueblos. El manual pide a los alumnos que consulten en «una enciclopedia, un atlas o internet dónde está situado Quebec y cuál es su lengua». Ninguna otra zona del mundo es mencionada en este capítulo, aparte del poble catalá. Se menciona que «muchas veces el derecho de estos pueblos a la existencia, a la conservación de sus costumbres, cultura y organización económica y social no son reconocidas por el Estado del que forman parte».
El libro añade que los principales documentos que reconocen el derecho de los pueblos «a escala internacional» son la «Declaración sobre la concesión de la independencia a los países y pueblos coloniales y el Convenio sobre pueblos indígenas y tribales en países independientes».
El libro escolar de Geografía de Santillana de 3º de ESO para Cataluña recurre a un artículo del diario Avui para explicar la proclamación de la independencia de Montenegro, con ocho ejercicios anexos.
El manual de Geografía e Historia de 2º de ESO editado por La Galera dedica dos páginas a La Europa de los pueblos. Se afirma que «las naciones sin Estado han luchado por su reconocimiento internacional. Algunas, como Noruega en 1905, Finlandia en 1917 o Irlanda en 1937, consiguieron la soberanía durante la primera mitad del siglo XX; otras como Cataluña, el País Vasco o Galicia, han obtenido parcelas de autogobierno». Además, destaca que Escocia y Gales tomen parte en competiciones deportivas internacionales «con toda normalidad».
sin entrar en los terminos de corona catalano-aragonesa , reyes catalanes , condes-reyes , etc
Los Reyes Católicos, los culpables de que Cataluña forme parte del Imperio pero sin poder
ResponderEliminarUna de las áreas en las que surgen mayores controversias es la Historia. El libro de 2º de la ESO de editorial santillna ,concede la misma importancia al arte andalusí que a la presencia del islam en Cataluña, que fue casi testimonial, y de la que no quedan apenas restos arquitectónicos importantes. Además, el tema seis analiza la historia de los siglos XVI al XVIII y da una versión de la anexión de la corona de Castilla a la de Aragón, que deja bien clara la obsesión por diferenciar entre España y Cataluña. Esta explicación de la historia ofrece una realidad sobre esos años bastante sesgada. La manipulación queda reflejada en numerosos capítulos del libro. Uno de estos temas explica lo que considera una de las primeras discriminaciones históricas del reino español con respecto a Cataluña. Ésta se produjo con el matrimonio entre Isabel y Fernando, un hecho que supone que «Cataluña pase a formar parte del imperio, pero como un territorio apartado de los centros de poder»
a manipulacion en los libros de texto de la escuela catalana ejemplos,
ResponderEliminarLa cultura catalana es uno de los pilares del manual de Ciencias Sociales, Geografía e Historia de Segundo de la ESO de santillana, que dedica un capítulo a la señera, al origen del himno catalán –con una transcripción completa de la letra– y a la Diada. Los textos se acompañan de ilustraciones sobre la lucha de los catalanes para liberar a Francesc de Tamarit o sobre las manifestaciones independentistas contra Franco de 1977.
En Ciencias Sociales de Cuarto de la ESO de La Galera, propone a los alumnos un ejercicio sobre la necesidad de la reivindicación de un estado catalán, en unión federal con el resto de nacionalidades españolas, basado en un texto de Prat de la Riba.
El libro de texto de ciencias sociales de primero de ESO de la misma editorial también está repleto de carga ideologica. En primer lugar, analiza la Edad Media de la corona catalanoaragonesa –cuando sólo existían los reinos de Aragón y de Castilla– y su expansión territorial por Mallorca y País Valenciá (Valencia), que formaban parte de la corona de Aragón. Sin embargo, esta falta de rigor histórico le lleva a cometer un fallo, que quedan destapados en los mapas históricos que acompañan a la información. Así, el mapa de la reconquista, tanto Cataluña, Valencia y como Baleares aparecen como territorios de la corona de Aragón y no catalanoaragonesa, como reza el texto. Esta falta de rigor continúa al describir la organización del estado de las autonomías actual, en el que insiste en nombrar a la Comunidad Valenciana como País Valenciá.
Buenas de nuevo.
ResponderEliminarVarias cosas...Me parece colosal el listado que has desarrollado sobre la exaltación del nacionalismo catalán...supongo que tendrás otra referente al nacionalismo español...yo tuve que estudiar algunas de esas exaltaciones y más de una poco rigurosas...
De todas maneras y a pesar de esta exaltación dices que los libros dicen
"«Cataluña es un país situado al nordeste de la Península Ibérica» y compara su extensión (de 32.000 km2) con la de otros países como los Países Bajos o Bélgica.
...y la mentira?
«el acatamiento del marco constitucional vigente no significa la renuncia del pueblo catalán a la autodeterminación»,
...hay maneras de pensar diferentes y no se habla de incumplir la legalidad en ningún caso, sinó de darles voz.
«Si Cataluña no tiene Estado propio, ¿qué es la Generalitat?, ¿Qué pinta su presidente?». Preguntas que invitan a los alumnos a la reflexión.
...como si que los niños piensen sea contraproducente...
«Por razones políticas, comerciales o económicas y culturales, Cataluña ha establecido lazos muy fuertes con los pueblos vecinos de la Europa mediterránea y, sobre todo, con los pueblos del Estado español».
...lo primero que debemos conocer es el lugar donde vivimos, y en relación a Cataluña la frase entre comillas creo que es perfectamente correcta
«las naciones sin Estado han luchado por su reconocimiento internacional. Algunas, como Noruega en 1905, Finlandia en 1917 o Irlanda en 1937, consiguieron la soberanía durante la primera mitad del siglo XX; otras como Cataluña, el País Vasco o Galicia, han obtenido parcelas de autogobierno». Además, destaca que Escocia y Gales tomen parte en competiciones deportivas internacionales «con toda normalidad».
...hay aquí alguna mentira? No. Además, no sé si hay varios libros de historia para 2º de ESO hechos por La Galera, pero en el que tengo delante, que es con el que ha estudiado mi hijo, esa frase no aparece.
Por otra parte, si hay falta de rigor o incongruencias, por supuesto habría que solucionarlas, aunque en el libro de 2º de ESO de La Galera habla de la Corona de Aragón y no catalanoaragonesa, aunque de hecho solo es cuestión de nomenclatura, ya que de facto sí que era una unión de Cataluña y Aragón.
Ahora solo quiero decirte que no puedo competir con tu sapiencia histórica ni lo pretendo. Soy un aficionado interesado en ella, en la historia, y mi acercamiento a este blog se debió únicamente a mi curiosidad por el tema. Si tu objetivo es entretener con tus artículos, creo que has fracasado un tanto, ya que, por lo menos en los referentes a Cataluña, y si lees los comentarios, solo has conseguido alterar sensibilidades y enfrentar dos ideologías. A esto no me has contestado en tu amplia disertación sobre la exaltación de Cataluña...Te has convertido en eso que criticas.
Un saludo
yo por principio estoy en contra de todo nacionalismo , si tu has estudiado en epocas no democraticas , entenderas lo que es el adoctrinamiento ,y por supuesto en pleno siglo xxi , eso hay que denunciarlo , como se denuncia el adoctrinamiento pasado, por supuesto que se hieren sensibilidades ., sobre todo las de los nacionalistas , y las de muchas personas que no se han preocupado de conocer la historia , y cuando alguien la cuenta desde un punto de vista diferente al de la doctrina vigente , pero basado en los hechos y la verdad historica , se hieren sensiblidades .....solo espero que la lectura de este blog sirva ademas de para entretener , para entender la historia y conocer nuestro pasado , sin consignas politicas .
ResponderEliminarEn relacion al listado que te he puesto , las notaciones politicas de los libros de eso y primaria que te he descrito , es solo un pequeño ejemplo del adoctrinamiento , que se hace en la escuela , tu como adulto podras darle la interpretacion que te parezca adecuada , que por supuesto no es la misma que le puede dar una criatura en formacion , esta practica ya hace muchos años que esta en marcha y de hay el auge del nacionalismo entre la juventud, en este caso catalan .
Referente a la historia en la escuela.
DICES.-"no sé si hay varios libros de historia para 2º de ESO hechos por La Galera, pero en el que tengo delante, que es con el que ha estudiado mi hijo, esa frase no aparece.
Por otra parte, si hay falta de rigor o incongruencias, por supuesto habría que solucionarlas, aunque en el libro de 2º de ESO de La Galera habla de la Corona de Aragón y no catalanoaragonesa, aunque de hecho solo es cuestión de nomenclatura, ya que de facto sí que era una unión de Cataluña y Aragón." , Fijate como sera la cosa que hasta tu das por supuesto una mentira historica , la union no fue entre el reino de aragon y los condados catalanes , la unión de Ramón Berenguer IV y Petronila no fue la de Cataluña y Aragón, como suele repetirse; primero, porque no existía aún el nombre ni la realidad completa de Cataluña; segundo, porque dentro del territorio catalán convivían, junto al gran condado de Barcelona, otros varios independientes de él, como el Pallars Jussá, Rosellón, Pallars Subirá, Ampurias y Urgel.
en la pagina de la generalitat tambien hay alguna perla como ejemplo ,se puede leer "Con los reyes catalanes, la corona prosperó y se expandió de manera que sus territorios abrazaban Mallorca, Valencia, Sicilia, Córcega, Cerdeña y Nápoles."
http://www.gencat.cat/catalunya/cas/coneixer-historia.htm
Referente a la veracidad de la historia en los libros escolares de la democracia , mas concretamente actuales y en concreto de la comunidad catalana. Varias Puntualizaciones .
A) A la corona de aragon la llaman corona Catalano_aragonesa ,
Nunca hubo tal corona, a eso se le llamó siempre corona de Aragón. el conde de Barcelona Ramón Berenguer IV que se casó con la reina aragonesa Petronila nunca se tituló rey de Cataluña y Aragón. No solo eso sino que se reconoció vasallo del emperador toledano Alfonso VII (su cuñado) que se titulaba Hyspaniae Imperator. Además por aquella época no existía todavía el nombre Cataluña.
B) Relatan la vida de condes-reyes ,anteponer el titulo de conde en sustitucion del titulo de rey en la edad media es algo ilusorio.
C) Hablan de reyes catalanes , cuando cataluña nunca ha sido reino, Hablar de reyes catalanes no tiene ningún sentido. Nunca hubo ningún rey catalán ni ningún Estado catalán. Los únicos reyes de los que se puede hablar son los reyes de Aragón. La casa condal de Barcelona -que no representa la actual Cataluña - al único reino que pertenecieron fue al de Aragón.
D) Explican que el orden politico era una confederacion catalano_aragonesa una condeferacion en tiempos feudales , impresionante , no te parece.
Estas barrafulladas en su mayoria tambien las puedes encontrar en la pagina web de la generalitat de catalunya , como puedes ver la manipulacion de la historia no solo es en la educacion.
el utimo comentario que has escrito no lo cuelgo , porque no tiene ningun sentido , un saludo.
ResponderEliminarSiento lo del último comentario, que seguramente fue fruto del deseo de respuesta inmediata, como si no tuvieras ninguna tarea más.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo en toda tu exposición, incluyendo la referencia a la propaganda de la Generalitat.
De todas maneras, esa propaganda ha sido utilizada durante toda la historia para desacreditar por parte de infinidades de gobiernos (como las leyendas negras contra España por parte de buena parte de Europa). Con esto quiero decir que cada pueblo ha vivido con sus sentimientos de identidad y que en gran parte no eran solo suyos, sinó imbuidos por los gobernantes de turno...como en estos momentos.
Reitero que dejo por zanjada esta cuestión y agradecerte tus respuestas, muy didácticas. Ojalá pudieran ser en vivo y en directo.
Un saludo
ahora resulta que existió un imperio catalán que hasta hace cuatro días pasó inexplicablemente inadvertido a los historiadores, o que los irreductibles vascos nunca se mezclaron en las empresas militares ni comerciales españolas.
ResponderEliminarY hete aquí por fin que alguien reacciona como es debido, y dice venga ya, y decide que ya es hora de poner en su sitio a unos cuantos timadores y mangantes, de esos que les pagan pesebres a sus historiadores de plantilla para que descosan y vuelvan a coser la historia a medida, y luego la meten en los libros de texto y se montan unas películas que ya las hubiera querido Samuel Bronston.
Eso mientras los que saben se callan, porque son unos mierdecillas, unos 'vendidos', o por el qué dirán, o porque les interesa. Y de ese modo terminamos viviendo en una España virtual, que no la conoce ni la madre que la parió.
Ése es el hecho cierto, y no lo cambian ni el mucho morro ni el reescribir la Historia; incluido el manejo exclusivista y fraudulento de las famosas barras que eran Senyal real no de un reino o territorio, sino de una familia o casa reinante que, como matizó Pedro IV en el siglo XIV, tiene Aragón como título y nombre principal. Casa reinante que absorbió a la casa de Barcelona, extinguida en 1150 por mutua conveniencia y deseo del titular de esta última, el conde Ramón Berenguer; que al casarse con Petronila, hija de Ramiro el Monje, rey de Aragón, adquirió como propio un linaje superior, pero renunciando al suyo, no titulándose más que princeps junto a su esposa regina; de modo que el hijo de ambos, ya con Barcelona incorporada a la corona, se tituló rey de Aragón, y nunca de Cataluña.
Por suerte no todos los archivos han caído en manos de quien yo me sé -tiemblo al pensar qué será de ellos-, y aún quedan documentos donde comprobar lo evidente. Que por cierto, en cuanto a la propiedad histórica de las famosas barras, no está de más recordar que en 1285 la crónica de Bernard Deslot precisaba aquello de: «No pienso que galera o bajel o barco alguno intente navegar por el mar sin salvoconducto del rey de Aragón, sino que tampoco creo que pez alguno pueda surcar las aguas marinas si no lleva en su cola un escudo con la enseña del rey de Aragón
Así que cómo me alegro, desmintiendo a tanto oportunista y a tanto manipulador y a tanto mercachifle,Por eso son buenas estas iniciativas incluso higiénicas; y me sorprende que, como antídoto contra la manipulación y la desmemoria que están convirtiendo este lugar llamado España en una piltrafa y en una casa de putas insolidaria y estulta, no se les dediquen más esfuerzos recordando que existió una corona aragonesa que constituyó el imperio más extenso del Occidente medieval, donde, bajo su nombre y sus barras, Aragón, Cataluña y Valencia compartieron aventuras, comercio, guerras e historia,enriquecieron sangres y lenguas con el latín, el catalán y el castellano, cartografiaron el mundo, construyeron naves, pasearon mercenarios almogávares y dominaron territorios que luego aportaron a lo que ahora llamamos España.
sigue asi a pesar de todo lo que te digan , un saludo