.988: Nacimiento de la nacion catalana

La interpretación de la historia de Cataluña se vuelve a veces muy difícil y enojosa porque desde la segunda mitad del siglo XIX la historiografía romántica catalana se infecta de preocupaciones políticas y se dedica, en buena parte, a respaldar las pretensiones oportunistas del nacionalismo y aun del separatismo catalán, a veces con una capacidad de manipulación sencillamente insólita.

Primero, ya en el siglo XX surgió la manía de considerar a Vifredo el Velloso poco menos que como fundador de la Cataluña independiente.

Nada importaba a los promotores de tales ensueños el hecho cierto de que en el siglo de Vifredo faltaban siglos enteros para que apareciera el nombre de Cataluña; la manía persistió tenaz hasta despeñarse en el despropósito.


En vista del fracaso, algún genio de la Historia negra que formaba parte de la corte cultural de ex presidente Pujol se inventó muy oportunamente nada menos que la conmemoración del Milenario de Cataluña para el año 1988; so pretexto de que en 988 el conde de Barcelona Borrell II había dejado sin respuesta una carta del rey de Francia Hugo Capeto en el que el rey pedía al conde que acudiese a su presencia, cosa que Borrell no hizo (ni tampoco el rey había acudido a la cita).En tan deleznable motivo fundaba el señor Pujol todo un Milenario de Cataluña, que en 988 no existía como unidad, ni se llamaba Cataluña.

Prefiero acudir, para la historia de Cataluña, a dos notabilísimos historiadores catalanes, además de don Ramón de Abadal. Uno es el profesor Marcelo Capdeferro, en su espléndido libro Otra historia de Cataluña, y sobre el cual la censura cultural de la Generalidad catalana tendió un silencio temeroso más negro aún que el del conde Borell. Otro es Jaime Vicens Vives, en su Aproximación a la Historia de España, en cuya autoridad indiscutible me apoyo para formular las siguientes consideraciones:

Jaime Vicens Vives esboza en varios puntos de su maravilloso libro el nacimiento de Cataluña, que no nació en 988 como realidad histórica ni siquiera como nombre; faltaban siglos para el nombre, y la entidad que se conocería como Cataluña tampoco brotó formalmente en un momento dado, sino como una confluencia –muy posterior- de carácter vital, sin una fecha concreta para el arranque. Vayamos a Vicens:

1. La reivindicación hispánica en el Cantábrico. “Astures y cántabros, que siempre habían sido los grupos más reacios a ingresar en la comunidad (romana) peninsular, se erigieron en continuadores de la tradición hispánica” (Vicens p.60). La resurrección de esta tradición hispánica es, por tanto, anterior al nacimiento de Cataluña; data del mismo siglo VIII en el que se produjo la invasión islámica de la Hispania romano-visigoda. Sánchez Albornoz ha demostrado que el rebrote de esa tradición hispánica es virtualmente simultáneo con la rebelión asturiana contra el invasor. Y es que conviene estudiar siempre la historia de Cataluña donde realmente se desarrolla desde principio a fin, en el contexto hispánico.

2. La situación europea e hispánica del embrión catalán. Pero la resistencia, la reacción y la recuperación hispánica surgieron también en los Pirineos orientales, sobre lo que sería solar catalán. Por impulso que fue también europeo. “Carlomagno incorporó a su imperio a los condados catalanes surgidos en el curso de sus campañas entre 785/801, los que fueron englobados en un cuerpo político mal definido, llamado Marca Hispánica”. (Vicens p.62).

3. Este cuerpo mal definido ¿era algo semejante a una nación? De ninguna manera; los núcleos hispánicos de resistencia eran “desde Galicia a Cataluña, simples islotes-testimonio ante la marea musulmana” (Vicens p.59).

4. La dependencia catalana de Francia –que no se dio en el reino de Asturias- se trasluce en la ausencia de un reino catalán; jamás existió un Rey de Cataluña. Incluso cuando se produjo la relativa y problemática desobediencia del conde Borrell II estamos dentro del periodo de dependencia señalado por Vicens:

“Pese al establecimiento de una dinastía condal propia por obra de Vifredo el Velloso (874-898), él mismo descendiente de Carcasona en el Languedoc, es evidente que durante dos centurias los condados catalanes latieron al ritmo de Francia” (Vicens p.62).

5. La Cataluña originaria (que no se llama todavía Cataluña) no era nación, sino políticamente un conjunto de divisiones administrativo-militares (condados no unificados), aunque también genéricamente un pueblo que iba alumbrando –en su dependencia de Europa y en su lucha contra el Islam- profundos rasgos originales de personalidad.
Lo mismo que Castilla, que por cierto parece significar lo que Cataluña y nacía casi a la vez que su hermana pirenaica, europea y mediterránea: “Es en la época del obispo Oliba cuando cristaliza definitivamente la conciencia catalana de formar una personalidad aparte.
Una generación más tarde, el conde barcelonés Ramón Berenguer I el Viejo (1035-1076) definía, en el famoso Código de los Usatges, el carácter jurídico y social peculiar del país” (Vicens p.67). Pero Capdeferro, que ha arrinconado con toda razón algunas persistencias sobre Vifredo el Velloso, a quien la leyenda catalanista quiso hacer el creador de Cataluña, se apoya en las investigaciones de Fernando Valls Tabemer para retrasar la conformación propiamente dicha de los Usatges hasta el siglo XV, cuando se tradujo al catalán la compilación hecha en el siglo XI bajo Ramón Berenguer I (Otra historia de Cataluña p.47)

6. En todo caso la famosa desobediencia del conde Borrell II en 988 no inició, como se pretendía conmemorar artificialmente en el presunto Milenario de 1988, un periodo soberano, ni menos nacional del que mucho después se llamaría no reino, sino principado de Cataluña.


Ya hemos visto cómo, según Vicens, continuó de iure la dependencia de Francia en el caso del principal de los condados catalanes; pero es que además existían otros, fuera de la órbita de Barcelona durante siglos. Y encrespadas las relaciones institucionales (no formalmente rotas) con el Rey de Francia, “no existía aún dentro de la propia Cataluña (que tampoco existía como tal) el poder superior que pudiese sustituir al Rey de Francia; precisaba buscarlo fuera”.

Este poder soberano superior era la Santa Sede, a la cual se enfeudaron los condes de Barcelona, por ejemplo Ramón Berenguer III el Grande (1090-1131).

Conviene insistir en la aparición simultanea de Castilla y Cataluña: “He aquí un momento trascendental en el porvenir peninsular.
Aparece ahora realmente Castilla en la historia. El pueblo castellano –de sangre cántabra y vasca- se configura en una sociedad abierta, dinámica y arriesgada como lo es toda estructura social en una frontera que avanza” (Vicens p.68-69) Nace así, paralela a la personalidad de Cataluña, la personalidad de Castilla, con el mismo nombre, el mismo horizonte, con la misma lucha, con el mismo destino. (Nacen, matizaríamos, las realidades globales, no los nombres. Nace, plena y unitaria, Castilla. Nace, como espíritu, aunque todavía dividida, Cataluña. Pero la intuición de Vicens sobre el paralelismo de esas dos fuentes de España es, en lo esencial, admirable).

En el condado de Barcelona, Ramón Berenguer I reunió los estados hereditarios, pero el gran conde reconquistador en esta época fue Ramón Berenguer III el Grande, en el primer tercio del siglo XII. Incorporó los condados de Besalú y Cerdeña; repobló la tierra de Tarragona, donde consolidó la sede arzobispal; conquistaba, efímeramente, la isla de Mallorca.

A largo plazo, el matrimonio de la única hija del rey Ramiro II de Aragón, doña Petronila, con el conde Ramón Berenguer IV de Barcelona en el año 1137 sería un paso decisivo para la unidad de España. Acudamos nuevamente al magisterio catalán e hispánico de Jaime Vicens Vives.

Vivían los condados catalanes, aun después de la presunta (y falsa) independencia de uno de ellos, bajo una distante soberanía francesa (Vicens p.79) cuando van a integrarse en su primera realidad estatal propia, que no es un Estado catalán sino la gloriosa Corona de Aragón.

“Fue, pues, la decisión catalana la que contribuyó al nacimiento (pleno) de la Corona de Aragón –por el matrimonio del conde Ramón Berenguer IV de Barcelona con la infanta Petronila, hija de Ramiro II de Aragón-. (condados de Barcelona, Urgell, Rosellón, etc.) lo realiza hacia la unión en una entidad superior, no hacia la disgregación.

Por su parte, Capdeferro recuerda que la unión de Ramón Berenguer IV y Petronila no fue la de Cataluña y Aragón, como suele repetirse; primero, porque no existía aún el nombre ni la realidad completa de Cataluña; segundo, porque dentro del territorio catalán convivían, junto al gran condado de Barcelona, otros varios independientes de él, como el Pallars Jussá, Rosellón, Pallars Subirá, Ampurias y Urgel.

Ramón Berenguer IV nunca utilizó el título de Rey; gobernó Aragón pero sin esa dignidad. Sus herederos se llaman reyes de Aragón y condes de Barcelona; el condado fue pasando a segundo y tercer término dentro de la titulación de la Corona aragonesa, como se lamentan algunos historiadores nacionalistas que también se mostrarán disconformes –siete siglos después- con la “debilidad” generosísima que Jaime I el Conquistador demostró hacia Castilla. Y es que los grandes reyes, en su tiempo, veían mucho más claro que algunos grandes –y sobre todo pequeños- historiadores que escriben en el nuestro.


autor :elprincipatdecatalunya

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6 comentarios:

  1. una frase de Rajoy sobre Cataluña de ayer mismo dia 8/10/13: "La gente debería escuchar una verdad que no es la oficial". ¡Glups! ¿Es que aquí en Cataluña nos mienten? Pero si contamos con periodistas tan acreditados como Om, Francino y Barceló. ¡No me lo puedo creer!

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  2. Aunque algunos no quieran creerlo, en 2014 se cumplen treinta años de la proclamación que hizo ABC por pluma de su director, José Maria Anson, que nombró a Jordi Pujol "Español del año".
    Pero lo más curioso es que aquel año de 1984 fué en el que se empezó a "destapar" el caso de la Banca Catalana, del que EL PAIS, dirigido entonces por Juan Luis Cebrian, daba cuenta en mayo de 1984.
    Estos dos aniversarios explican claramente lo que está ocurriendo en estos momentos en Cataluña, porque todo el mundo sabía muchísimas cosas de lo que estos días se está ventilando. Incluso, algunos se felicitaban de la inteligencia con que Pujol se iba moviendo por la política catalana en la que nadie puede presumir de honrado, porque lo ridiculizan como si fuera un tonto.

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  3. El protagonista de la noticia esta semana ,es el que durante años ha sido "Molt Honorable President" de la Generalidad de Cataluña, y la noticia que se puede leer en la prensa catalana es distinta de la que se lee en el resto de la prensa española.La catalana nos informa de que Jordi Pujol ha estado guardando cuatro millones de euros de vellón en Andorra, y por eso solicita el perdón de sus conciudadanos. En cambio la prensa del resto de España de lo que nos informa es de que desde hace 34 años ha estado escondiendo millones de euros en distintos paraisos fiscales. Que no es lo mismo.

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  4. Y estas cosas ocurren cuando llevábamos años oyendo decir que las críticas a Pujol eran críticas a Cataluña, porque este hombre ahora arrepentido (por lo que se comenta) debe estar pasando los peores momentos de su vida. No diré que avergonzado, porque cualquiera sabe lo que estará pensando este hombre en su interior, pero sí derrotado, como afirma "ara" diciendo que es "El pitjor final per al pujolisme".
    Por cierto que el diario El MUNDO, que tiene mucha mas mala baba que otros. no ha vacilado en publicar la foto del padre del ex-presidente, Florencio Pujol i Brugat, acompañado por Marta Ferrusola. Este hombre ya fué sancionado bajo el régimen de Franco por delito monetario. O sea, que la cosa ya viene de familia. Y,como explican algunas desinformaciones, el dinero procedía de una herencia tras la muerte de su padre.

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  5. la noticia ha producido un susto muy grande. ¿Razón? Pues porque era del dominio público y servía para proclamar a los cuatro vientos que "Madrit ens roba", que es el eje de la política independentista. Como comenta todo el mundo que el padre de Artur Mas era el encargado de esconder el dinero de la familia Pujol en un banco suizo.
    Si la cosa se pone mal, suponemos que para algo servirá el bufete de abogados de Miguel Roca Junyent. Pero no adelantemos hechos en este pais tan "original".
    Un dato curioso es que Florencio Pujol, que falleció no hace mucho tiempo, dejó como heredero a Marta Ferrusola, seguramente para no obstaculizar la carrera política de su hijo, que de este modo quedaba "sin polvo y paja", pasando la herencia a ser de sus nietos. De este modo no se mezclaban los diversos ingresos de la familia Pujol que, en un mes llegó a ahorrar un dineral nada desdeñable."segun el mundo ingreso en un mes 3,4 millones de euros en un banco de andorra".

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  6. Es que la familia Pujol practica la virtud del ahorro. Una virtud que no está muy bien considerada entre los españoles, que son poco dados a practicarla. Y menos si son andaluces, como explicaba con mucha claridad el "Molt Honorable President" en las declaraciones recogidas en el libro "La inmigració, problema i esperança de Catalunya", editado en 1976 por la Editorial Nova Terra.
    Por eso les daba ejemplo practicando virtuosamente el ahorro en una Autonomía en la que abundaban las Cajas de Ahorros, aunque a la familia le gustaba más guardarlos en Andorra. Después de todo, sobre gustos no hay nada escrito.

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