El 28 de marzo de 1844 se firma el primero de los reales decretos por los cuales se crea la Guardia Civil.
Isabel II reina en España y el general Narváez es su presidente del Gobierno. Tras la Guerra de la Independencia el país ha dado síntomas de inseguridad. El bandolerismo asola las zonas rurales y los caminos son lugares idóneos para el asalto y la emboscada. Para patrullar estas zonas se crea un cuerpo militarizado cuyas líneas organizativas trazará un militar de prestigio, el duque de Ahumada.
Ahumada toma como referencia a la Gendarmería francesa y trata de imprimir en el nuevo cuerpo un fuerte sentido del honor y del deber, sujetado en una rígida disciplina, algo así como un cuerpo de élite militarizado y caballeresco.
Ahumada toma como referencia a la Gendarmería francesa y trata de imprimir en el nuevo cuerpo un fuerte sentido del honor y del deber, sujetado en una rígida disciplina, algo así como un cuerpo de élite militarizado y caballeresco.
Se dividió el cuerpo en trece tercios, doce peninsulares y uno insular, especializados en el conocimiento del terreno. No en vano iban a ser los guardianes de los caminos y los garantes de las comunicaciones y el comercio.
Uno de los aspectos más singulares de la Benemérita fue desde el comienzo su peculiar indumentaria. Ahumada quiso que el aspecto de los guardias fuese «severo, elegante y vistoso». Debían presentar una imagen que infundiera respeto y a la vez fuese reconocible.
Uno de los aspectos más singulares de la Benemérita fue desde el comienzo su peculiar indumentaria. Ahumada quiso que el aspecto de los guardias fuese «severo, elegante y vistoso». Debían presentar una imagen que infundiera respeto y a la vez fuese reconocible.
Entre sus iconos figura el popular tricornio, sombrero de tres picos propio de la caballería, que en el caso de la Benemérita usaron también las fuerzas de infantería. Hoy las dimensiones de este sombrero han mermado considerablemente, al igual que los materiales con que se fabrica. Curioso es también el bigotillo fino, idea que nuestro imaginario asocia al guardia civil de forma arquetípica y que no carece de base. Las ordenanzas del cuerpo obligaban a que éste cubriera todo el labio sin extravagancias estéticas y sólo los jefes y oficiales podían gastar perilla o patillas.
La Guardia Civil ha sido históricamente el cuerpo más cercano al ciudadano, durante años el único existente, y su iconografía, que poco ha cambiado desde aquellas parejas envueltas en capas patrullando los caminos, nos recuerda que siguen prestando su fundamental servicio al ciudadano y, por supuesto, al país, como rezan las tablillas de sus cuarteles: «Todo por la patria».
La Guardia Civil ha sido históricamente el cuerpo más cercano al ciudadano, durante años el único existente, y su iconografía, que poco ha cambiado desde aquellas parejas envueltas en capas patrullando los caminos, nos recuerda que siguen prestando su fundamental servicio al ciudadano y, por supuesto, al país, como rezan las tablillas de sus cuarteles: «Todo por la patria».
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