El Imperio Español 12 - Nueva España

Nadie conoció a los aztecas o incas antes de 1518. El único rasgo común de los pueblos de Mesoamérica, término acuñado por Richard Konetzke, es el término que define a su espacio geográfico y que ocupaban aquellas tierras sobre el 1500. Allí se hablaban hasta 500 lenguas diferentes y vivían unos 8 millones de indios.

En el golfo de México surgieron las pirámides en los centros ceremoniales; los sacrificios humanos en la cumbre de estas, los juegos de pelota, el arte basado en las figurillas de arcilla, los jeroglíficos, la aritmética vigesimal, el calendario solar y la pasión por el jade.

Los olmecas (1200 a.C.- 600 a.C.) practicaron la escultura de cabezas de piedra, tallas de jade, la astronomía, la primitiva escritura y los jeroglíficos en sello cilíndrico. Poblaban la costa y su nombre significaba “goma” en náhuatl, lengua que se convirtió en la más común del territorio centroamericano. No sabemos si tenían o no un imperio, pero lo que sí es seguro es que desconocían tanto la rueda, como los animales domésticos.


Los mayas (250-900) sigue pareciendo la más refinada de las que precedieron a la cultura europea en América. Conocidos son los bajorrelieves de Palenque, los palacios de piedra, las perfectas bóvedas de cañón, sus matemáticas, el calendario solar y el uso de las plumas de pavo para adornar sus vestimentas. Tallaban la piedra con elegancia y contaban con decenas de ciudades ceremoniales, como Tikal. En la agricultura, destaca la técnica de la “tala y quema”. Llegaron a ser alrededor de un millón de personas. Adoraban a ciento sesenta dioses y contaban con el más espectacular de los templos en América, el dedicado al Sol en Palenque. Sigue siendo un misterio por qué desaparecieron. Se cree que pudo ser por la invasión de algunos pueblos del norte, por desastres naturales o porque dejaron de creer en sus dioses.

La cultura de Teotihuacán, sin ninguna relación con los mayas, surgió con la caída de los primeros. Su población llegó a ser de una doscientas mil personas en el año 600.Construyeron grandes palacios, varios mercados y un sistema de alcantarillado. En la misma ciudad existía una avenida de los Muertos y varias pirámides dedicadas al sol y a la luna. La planta regular de los planos de sus ciudades habría impresionado al mismísimo Vitrubio. Imperaba una teocracia con la serpiente emplumada de Quetzalcoatl. Practicaron la agricultura, como los olmecas, que se basaba en los jardines flotantes, las terrazas y los campos irrigados. Su influencia cultural se extendía tan lejos como Honduras hacia el sur y Colorado hacia el norte.

Los toltecas tenían su capital en Tula. Dominaron el valle de México durante lo que en Europa llamaríamos Alta Edad Media, entre el año 1000 y el 1200 . Usaban la lengua náhuatl, eran belicosos y construyeron impresionantes ciudades, como Chichén Itzá. Decían que Quetzalcoatl, su dios, huyó de Tollán, tradición que heredarían los Aztecas. Rendían, además, culto a la muerte. sucumbieron alrededor del 1175.

Los méxicas o aztecas era un pueblo nómada del norte, de un lugar llamado Azatlán o lugar de las grullas. Divididos en clanes o calpulli llevó un siglo llegar al valle de México. Cuando llegaron ellos el pueblo dominante eran los tepanecas, que ejercían su autoridad exigiendo tributos y amenazando con la guerra. Establecieron el centro de su futuro imperio en el lago de Tenochtitlan. Los sacerdotes dijeron haber visto un águila sentada en un cactus devorando una serpiente y lo interpretaron como una clara señal de que ahí debían instalarse. Rendían culto a Quetzalcoatl y a Tlaloc. Practicaron el comercio de la obsidiana, la artesanía de jade y los calendarios. Ellos mismos protagonizaron un golpe de Estado. Itzcoatl, un jefe mexica de ascendencia tolteca mató primero a su pacífico predecesor y luego al último monarca tepaneca. Estableció su imperio mayor en México central, desde la línea de Guanajuato-Querétaro hasta la península de Tehuantepes, en el sur.

México-Tenochtitlan era mayor que cualquier otra ciudad europea de ese tiempo, exceptuando Constantinopla. Los españoles describieron al dirigente de los mexicas como un “emperador”, pues en México era el señor de una serie de otros monarcas y con el paso del tiempo extendieron esta denominación para definir el rango político de Carlos V. Practicaron vivamente la literatura con poemas que recuerdan a la poesía provenzal o de Jorge Manrique, igual de trascendental, igual de preocupada por el más allá. El Imperio mexica había sido mantenido por ejércitos cuyos predecesores habían conquistado las ciudades vasallas, y era la amenaza de la fuerza lo que hacía que los tributarios pagaran. El mejor análisis de este sistema económico-administrativo lo encontramos en el Códice Mendoza, de 1540. Los emperadores de México se escogían de entre un pequeño grupo de nobles. Tenían un sistema de castas que los conquistadores reconocieron fácilmente: nobles, artesanos, escultores o pintores, siervos, esclavos y prisioneros. comerciaron con adornos ceremoniales, comida tropical, maíz y chocolate, así como pavos y practicaron la música con tambores, flautas, conchas… Sus calles se barrían y limpiaban regularmente y pretendían dar una educación a todos los miembros de la tribu, excepto a los esclavos y los siervos. En cuanto a su religión, los mexicas celebraban festivales, procesiones, bailes y música sacramental, por así decirlo. Presentaban ofrendas y hacían numerosos sacrificios de sangre, a veces de la muñeca, a veces del pene. Consumían mucha cerveza, así como alucinógenos. Había, eso sí, una gran ausencia de animales domesticados, ni para la guerra, ni para la agricultura, hombres y mujeres trabajaban como bestias de carga. no conocian el uso de la rueda, aunque conocían el torno, y el metal marcaba una diferencia notable respecto a los españoles.

Los méxica no eran los únicos habitantes de Mesoamérica. Un reducto independiente y nunca conquistado fue el de los Tlaxcala, así como otros, los Tarascanos y los decadentes mayas, con los que contactó Colón en su último viaje.

Todo indica que los índios americanos se desarrollaron en la más absoluta dependencia y aislamiento. Solamente los indios del emperador Ch’in podrían haber llegado por su ingeniería naval. Los mexicas eran los “amos del mundo”, pero no pasaron demasiado tiempo pensando qué habría más allá de las tribus salvajes de los chichimecas, al norte, y los mayas, al sur.

Colón contactó con los mayas en 1502. Juan Díaz de Solis con los aztecas en Yucatán. Es probable que los compañeros de Balboa en Darién, en 1510, contactara con alguno de los aztecas. En 1511, Diego de Nicuesa naufragó cerca del Yucatán. Un maog de Tenochtitlan predijo la llegada de los “hombres con barba que llegarían a esta tierra”. En 1513 llegó a Yucatán Ponce de León. Ya en 1518 un trabajador mexica llegó a la corte de Moctezuma desde la costa, todo amputado. Dijo que había visto un “grupo de montañas (barcos) flotando sobre el mar”. Era la expedición de Grijalva.

La primera expedición a México fue en 1517, constó de tres barcos y la apadrinó Francisco Hernández de Córdoba, familiar del Gran Capitán, que buscaba indios. Estaba a las órdenes del gobernador de Cuba, Diego Velázquez. Llegaron a la isla mujeres, en lo que hoy es Cancún. Unos indígenas les dijeron que el lugar al que habían llegado se llamaba Yucatán. El notario Miguel de Morales tomó posesión de esas tierras en nombre e la reina Juana y del rey Carlos, su hijo. Sufrieron una batalla contra los mayas cerca del actual Champotón, donde hicieron gala de sus arcabuces de pólvora.

Grijalva, sobrino del citado Diego Velázquez, arribó a México en 1518 con cuatro barcos, en los que portaba gran cantidad de artillería (culebrinas, arcabuces), pero no llevaba caballos. Comerció con esclavos en Yucatán. Fray Juan Díaz, de Sevilla, escribió una pequeña crónica de lo que presenció. En total la expedición la conformaban 300 personas. Grijalva participó en la escandalosa expedición para capturar esclavos en Trinidad, con Juan Bono de Quejo. Llegó a un punto cercano al moderno Campeche. Allí vieron también a indígenas con collares y placas de oro. En la “Isla de los sacrificios”, también descubrieron que hacían sacrificios y que practicaban el canibalismo. Cenaron con el cacique y allí oyeron por primera vez el nombre de Moctezuma.

Nada más tener noticia del imperio azteca, envió a cuba una embajada de vuelta para informar a Velázquez. El mismo Pedro Mártir escribe a cerca de esta primicia “los españoles han descubierto ciudades que viven bajo el tráfico comercial y llevan vestidos, tienen libros y usan la escritura, tienen calles urbanizadas, casas construidas, magníficos palacios y hacen ofrendas humanas. Se habría ante los españoles un mundo rico, salvaje y cultivado.

Hernán Cortés nació en Medellín. Pertenecía a la rama empobrecida de la familia extremeña de los Monroy, y era pariente lejano de fray Nicolás de Ovando. El conquistador de México era un producto de un mundo de rebelión y guerra, la Castilla del fin de los Trastámaras. Había ido a la Universidad de Salamanca y vivió un tiempo en Sevilla. Cortés trabajó para su pariente como escribano de la nueva ciudad de Azúa, en la costa sur de La Española, de 1506 a 1511. Luego lo hizo como secretario de Diego Velázquez, el futuro gobernador de Cuba. Se escribió abundantemente con Carlos V. Era cauteloso y sereno.

La tercera expedición española la presidió Hernando Cortés y partió en 1519. La empresa de Cortés fue muy ambiciosa. Con veinte barcos y seiscientos hombres, marineros, arcabuceros, sacerdotes, unas veinte mujeres y el guerrero negro libre, Juan Garrido. Nombraron a Cortés para dirigir esta expedición tan pronto como Grijalva regresó de México. Las instrucciones eran sencillas: predicar el cristianismo y cartografiar la costa desde Yucatán hacia el norte. Los hombres de Cortés eran una tercera parte andaluces, sobre todo de Sevilla. Algunos de los líderes fueron Pedro de Alvarado, Diego de Ordaz y Alonso de Ávila.

El primer lugar al que llegaron fue el Yucatán. Allí recuperaron a un hermano laico de Écija, Jerónimo de Aguilar quien había naufragado en 1509 y permaneció allí desde entonces, viviendo varios años con los mayas. Estos le ofrecieron a Cortés una esclava mexica, Mallinalli o Marina, que les fue extremadamente útil  porque hablaba maya y náhuatl. Cortés estableció su base en Veracruz y mantuvo buenas relaciones con la gente de la costa, los totonaca. Moctezuma contactó indirectamente con Cortés, al que envió regalos a través de un emisario. Cortés aprovechó, además, que había llegado por el mismo mar por el que la leyenda decía que marchó Quetzalcoatl. Alonso Hernández de Portocarrero y Francisco de Mondejo fueron nombrados procuradores y representantes de Cortés para informar al rey de los acontecimientos.

En agosto de 1519 Cortés dejó unos 100 hombres en la costa y condujo al resto hasta Tenochtitlán. En el camino sufrieron algunas batallas muy violentas, pero luego, los lazos de amistad con los Tlaxcala, enemigos de los aztecas, les revirtió una gran seguridad. Entonces Cortés y sus compañeros, cuando llegaron a la capital, fueron recibidos como huéspedes por el emperador Moctezuma. La escena de su recibimiento fue una de las más asombrosas de toda la historia de la humanidad. . Algunos de los líderes de Cortés llegaron a caballo, con los aceros deslumbrantes, lo que causó gran impresión, así como los perros de caza que llevaban y algunos cañones y arcabuces. Puede que el emperador no desease recibir tan bien a Cortés, pero la tradición local lo exigía. Según fray Bernardino, Moctezuma dijo: “Oh, señor nuestro! Seáis muy bien venido. Habéis llegado a vuestra tierra, a vuestro pueblo, y a vuestra casa, México […] Sabíamos que habíades de volver a reinar en estos reinos y que habíades de asentaros en vuestro trono y a vuestra silla (leyenda de Quetzalcoatl)”. Cortés y sus hombres fueron acomodados en sus habitaciones frente al palacio del emperador. No fiándose de él, Cortés lo raptó y lo tuvo junto a él. Cortés y Moctezuma se hicieron cada vez más íntimos. Sin embargo, las relaciones entre los mexicas y los conquistadores no estaban exentas de tensiones. En 1520, finalmente, Moctezuma aceptó formalmente convertirse en vasallo del rey de España, Carlos V. Incluso es posible que aceptara convertirse al cristianismo.

Ese mismo año, 4.000 hombres de Pánfilo de Narváez desembarcaron en Veracruz decididos a restaurar la autoridad del gobernador de Cuba. Cortés dejó a su lugarteniente, Pedro de Alvarado en Tenochtitlán ,para ir a enfrentarse. Ese fue el primer duelo armado entre españoles en el Nuevo Mundo. Narváez fue hecho prisionero. Cortés, a su regreso, se encontró con una capital en revuelta. Tenochtilán se había cerrado al exterior y Moctezuma fue asesinado por negligencia de la mano de sus propios fieles. Poco después aconteció la batalla de la “Noche Triste”, sobre los puentes que dirigían a la ciudad. Los españoles se reagruparon en la ciudad de Tacuba. Solo desde allí pudieron cruzar a Tlaxcala, principal aliado de los españoles contra los aztecas. Una vez reforzado, ya en 1521, atacó desde el lago, plantó un asedio por agua y tierra a una escala que no se recuerda en las batallas europeas. Cortaron la entrada de comida y suministro a la ciudad. El sucesor y primo de Moctezuma, Cuauhtémoc, finalmente, rindió la ciudad a Cortés el 13-8-1521.

La victoria Española se dio porque Cortés era un gran comandante que mantuvo fría su cabeza y ordenada la primera línea de ataque. Además, coordinó perfectamente sus fuerzas por escrito día tras día. Además, improvisaron a la hora de hacerse de nuevos y más abundantes recursos en el medio hostil donde se encontraban. El factor decisivo, no obstante, fueron las armas y los animales domesticados. La innovación bélica ofensiva fue terrible para los mexica. El campamento español, dicen algunos, debió de parecer Babilonia, porque había indígenas y europeos de variadas nacionalidades y tribus. A eso hay que sumarle que en 1520 hubo una mala cosecha azteca y llegó la primera epidemia de viruela desde el Viejo Mundo.

Tras la conquista, Cortés proyectó reconstruir Tenochtitlan. Fue uno de los mayores logros de la arquitectura renacentista. El plan corrió a cargo de Alonso García Bravo. Incorporaron en estas tareas la polea y el carro con ruedas, que los aztecas desconocían, así como los animales domésticos. Los indígenas llegaron a pensar: “si los extranjeros tenían tecnología tal era porque sus dioses debían existir”. La conquista espiritual de México fue el siguiente paso después de la conquista material, un gran triunfo del proselitismo. Acto seguido, se asignaron encomiendas como en el resto del Caribe.

En mayo de 1522 Cortés escribió una carta de lo acontecido a Sevilla. Desde entonces la actitud de la vieja España hacia las Indias cambió para siempre. Para el estudio de la conquista de América contamos con numerosos escritos: Cortés, Bernal Díaz del Castillo, Andrés de Tapia, padre Aguilar, Las Casas y Oviedo. Todos los capitanes importantes nos han dejado su testimonio de primera mano… es este uno de los conflictos mejor documentados de la historia de la humanidad.















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